Cada vez que un productor agropecuario pisa el suelo, sabe que ahí comienza todo. Pero también entiende que ese mismo recurso puede agotarse si no se lo cuida y regenera.
En un contexto donde más del 30% de los suelos del mundo ya están degradados y en el cual la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) advierte que, si no revertimos el rumbo, podríamos quedarnos sin tierras cultivables aptas en menos de 60 años, resulta urgente preguntarse cómo cuidamos esos recursos sosteniendo la rentabilidad del productor y cómo los acompañamos en producir más con menos. La respuesta está en desarrollar y aplicar mejores tecnologías y trabajar con socios estratégicos.
La agricultura regenerativa ocupa un lugar central y, en el último tiempo, esta visión se ha reforzado aún más. Las renovadas prioridades de sustentabilidad que Syngenta presentó hace poco más de un año marcaron un camino claro en este sentido: ser agentes activos del cambio, a través de la innovación y el fortalecimiento de alianzas con actores que comparten nuestro compromiso por un agro más sustentable, productivo y rentable.
Estas alianzas estratégicas incluyen colaboraciones con PepsiCo, Nera y Genneia, claves para demostrar que la sustentabilidad puede ser un potente generador de valor económico. Y reflejan claramente el espíritu de esas prioridades: lograr un mayor rendimiento con menor impacto; regenerar el suelo y la naturaleza; contribuir a la prosperidad rural y gestionar las propias operaciones en forma sustentable.
En esa línea, en la cadena de valor del girasol, trabajamos con productores en diversas provincias argentinas bajo nuestro Programa de Abastecimiento Sustentable.
El resultado: en el primer año se entregaron a PepsiCo 4.000 toneladas de aceite de girasol producido con prácticas regenerativas como rotación de cultivos, siembra de cobertura, uso eficiente de recursos y protección del hábitat. Además, los productores que participaron en el programa recibieron de un 1% a 2% adicional sobre el precio de mercado por sus granos. Una prueba concreta de que cuidar el suelo puede ser sinónimo de rentabilidad.
Por otra parte, entendiendo que ningún cambio es sostenible si no es económicamente viable, a través de la plataforma financiera Nera, impulsamos condiciones diferenciales de financiamiento, más beneficiosas que el promedio del mercado, para productores que adopten, midan y registren sus prácticas de agricultura regenerativa, en al menos 500 hectáreas. De este modo buscamos facilitar, impulsar y acompañar a los productores en la transición hacia modelos más sustentables.
¿Y por casa, cómo andamos? A través de un acuerdo con Genneia, logramos que el 100% de la energía consumida en nuestras plantas de producción de semillas en Venado Tuerto provenga de fuentes renovables. Este paso refuerza nuestro compromiso de promover una agricultura baja en carbono que sea competitiva, moderna y responsable.
Estas alianzas no son declaraciones, son acciones. Son plataformas que nos permiten escalar las buenas prácticas y demostrar que la sustentabilidad puede -y debe- ser sostenible en el tiempo.
En la medida en que se sustente con datos concretos y resultados medibles, la sustentabilidad no sólo es posible, sino que también es una estrategia rentable que transforma el futuro del campo que queremos.