El final de año obligó a la época de balances. Los indicadores macroeconómicos muestran que el año que pasó ha sido negativo para Argentina, caracterizado por recesión, inflación, aumento del riesgo país, pérdida de empleo y aumento de la pobreza.

En este contexto, el balance para los jubilados tampoco es alentador. Por un lado, la movilidad jubilatoria no ha logrado el objetivo de mantener el poder adquisitivo de los haberes. Por el otro, este nuevo índice tampoco favorece el cálculo del haber inicial.

Veamos cada uno de estos puntos. Con la nueva fórmula de movilidad que comenzó a aplicarse a partir de marzo de 2018, las jubilaciones recibieron un aumento acumulado del 28,5%. A su vez, los últimos datos del Indec muestran que la variación del índice de precios al consumidor entre noviembre 2017 y noviembre 2018 fue del 48,5%.

No es necesario hacer demasiados cálculos para concluir que los haberes han perdido frente a la inflación. Más aún, ni siquiera considerando el bono otorgado en marzo pasado para compensar la falta de empalme entre el índice de movilidad anterior y el actual ($ 375 para los beneficios por moratoria que cobraban el haber mínimo y de $ 750 para el resto de las jubilaciones hasta un haber de $ 8000), la pérdida en el poder de compra logra revertirse.

El segundo punto, si bien tiene un impacto significativamente menor porque sólo afecta a los nuevos jubilados, no deja de ser importante. Cabe recordar que para el cálculo del haber inicial las remuneraciones se actualizan según un índice combinado que calcula la Secretaría de Trabajo y que está conformado por diferentes índices según el período que se esté actualizando.

A partir del 1º de julio de 2008, hace ya más de una década, período que no se encuentra afectado por el reciente "fallo Blanco", el índice que se aplica es la movilidad jubilatoria. Es decir, que para las nuevas altas previsionales, los salarios de marzo de 2018 en adelante serán actualizados por la movilidad que surge de la nueva fórmula establecida en la Ley 27.426.

Y como este índice ha estado por debajo de la inflación, la jubilación inicial también se verá afectada. De esta manera, para los nuevos beneficios previsionales, el impacto será doble: una base de cálculo baja a la que se le otorgan incrementos insuficientes.

Entonces, ¿qué les dejó 2018 a los jubilados? Parecería que muy poco. ¿Qué les dará en 2019? Por lo pronto, la Ley 27.260 establece que el Parlamento deberá debatir la creación de un nuevo sistema previsional. ¿Cuál sería el deseo entonces, para este año, en torno al tema previsional? Que el debate se encuentre a la altura de lo que la problemática previsional demanda. Lograr el equilibrio entre jubilaciones adecuadas y sostenibilidad financiera será el desafío de cara a este nuevo año.