A nadie puede sorprenderle la elección de Miguel Galuccio como CEO del año. Su trayectoria en el sector petrolero; su lugar de conducción en la principal empresa del país y la magnitud del desafío de dejar un espacio de lucimiento en la actividad privada para ponerse al frente de YPF tras la expropiación con polémica de las acciones de Repsol son razones contundentes para que sus colegas empresarios lo hayan elegido en la encuesta que hizo PWC para El Cronista y la revista Apertura.

Es una señal edificante y alumbra mucho más una Argentina con proyecto nacional que los desencuentros recientes del empresariado criollo. Galuccio fue designado por la Presidenta y es reconocido por muchos hombres de negocios que mantienen diferencias políticas con el Gobierno. A esa fotografía de un futuro menos conflictivo contribuyen la elección de Marcos Galperín (Mercado Libre) como CEO Innovador y la del muy aplaudido Luis Pagani por su trayectoria como CEO de la multilatina Arcor.

No es necesario esperar al 2016 para intentar los objetivos del desarrollo y de la aceptación de la tolerancia política y económica. Los premios de anoche fueron un primer signo que le abre paso al optimismo.