La energía solar en Argentina está atravesando un momento clave. No es exagerado decir que estamos frente a una ventana de oportunidad única para que la industria adopte esta tecnología y transforme su matriz energética. Y como sucede con las grandes oportunidades, no se trata solo de una cuestión tecnológica, sino también de contexto.
En los últimos dos años, el costo total de instalación de plantas fotovoltaicas en el país cayó hasta un 35 %. Esto se explica, en gran medida, por la baja global en el precio de los paneles solares. Al mismo tiempo, el precio relativo de la electricidad en Argentina -medido en dólares- empezó a subir, producto de la apreciación del peso y de la reducción progresiva de subsidios. Para muchas industrias, esto ya impacta en su estructura de costos y obliga a repensar cómo y de dónde obtienen su energía.
Este doble fenómeno -menores costos de inversión y mayor precio relativo de la energía- crea un escenario ideal. Hoy, la inversión en energía solar ofrece un repago más rápido y mejores indicadores financieros, como la TIR (Tasa Interna de Retorno) y el ROI (Retorno de la Inversión).
Durante 2024 el contexto macroeconómico acompañó: bajaron las tasas de interés y aparecieron líneas de crédito verdes con incentivos especiales. Sin embargo, en 2025 la tendencia se estabilizó y los préstamos en pesos dejaron de ser tan competitivos al simularlos en los flujos de caja de proyectos solares. Esto frenó, en parte, el financiamiento a gran escala.
Es justamente en este punto donde surgen modelos innovadores que rompen las barreras de entrada. Un ejemplo claro son los PPA on site que emprendió nuestro partner Multisolar EPC, liderado por el Ing. Agustin Pueyrredón y que desde Huawei acompañamos como tecnólogos, para garantizar la eficiencia de la generación a través de nuestras soluciones.
Qué es y cómo funciona un PPA On Site
PPA o Power Purchase Agreement (acuerdo de compra de energía) es un esquema en el que una empresa acuerda comprar la energía generada por una planta solar que se instala dentro de su propio predio industrial. El cliente no invierte en la construcción: simplemente paga mensualmente por la energía que consume, a un precio fijo en dólares por kWh, acordado de antemano y durante un plazo contractual, generalmente 10 años.
Al finalizar ese período, la planta pasa a ser propiedad del cliente, y su vida útil restante (mínimo otros 10 años) se convierte en ahorro directo y en un activo que refuerza su competitividad.
El modelo traslada el riesgo técnico y operativo al proveedor. Para una metalúrgica, por ejemplo, cuya experiencia está en mecanizado CNC y no en energía, esto es una ventaja enorme. El operador tiene un incentivo económico directo para garantizar un funcionamiento continuo: si la planta se detiene, el cliente vuelve a comprar energía de la red y el proveedor pierde ingresos.
En el caso de Multisolar, todas las instalaciones bajo este esquema utilizan inversores Huawei, lo que asegura tecnología confiable, soporte local, servicio posventa y herramientas de monitoreo inteligente que permiten mantenimiento predictivo y detección temprana de fallas.
Un cambio estratégico para la industria
En un mercado cada vez más competitivo, reducir costos operativos y, al mismo tiempo, mejorar el perfil ambiental de la empresa ya no es un lujo, sino una necesidad estratégica. La energía solar bajo esquemas como el PPA On Site no solo permite ahorrar sin inversión inicial, sino que también refuerza la reputación de las compañías en términos de sostenibilidad.
Argentina tiene sol, tiene tecnología y ahora tiene un marco económico que hace que esta ecuación cierre como pocas veces antes. La pregunta no es si la industria puede dar este paso, sino cuánto tiempo más puede darse el lujo de no hacerlo.