Durante 2018 sufrimos el corolario de las políticas que se vinieron aplicando desde el 26 de noviembre de 2016 a la fecha, no podemos decir que fueron desde el 10 de diciembre de 2015 porque Alfonso Prat-Gay nunca estuvo de acuerdo con aplicar las políticas neoliberales que trataba de marcar -y finalmente marcó- Marcos Peña.
El punto detonante de su nivel de exposición fue el recordado 28D. Luego, en combinación con tres hechos anteriores como son los Decretos de 2016, que permitían liquidar primero las exportaciones en un plazo de hasta 10 años, y de 2017, que estableció que no era necesario realizarlas, llevaron a un faltante de casi u$s35.000 millones que ingresaran al BCRA, sumado a la liberación de los precios de los combustibles en octubre de 2017; llevaron a que entre abril y octubre de ese año el BCRA perdiera u$s 31.000 millonescon una devaluación del 100% del peso con respecto al dólar estadounidense que pasó de valer $ 18 a $ 36 a hoy y tengamos una inflación anualizada del orden del 48%, habiendo sido declarados como "economía hiperinflacionaria" por la SEC de EE.UU.
Cuando todo esto ya estaba plenamente concluido nos encontramos con que no eran errores de gestión sino parte de una estrategia surgida desde lo más alto del poder político en nuestro país. Consecuencia de ello, en febrero de 2018 se cortó el acceso a los mercados internacionales de crédito privado (bonos) por la velocidad con que nos endeudamos en 2016-2017, y en mayo debimos recurrir al FMI bajo la excusa de una alternativa de resguardo y potencial reducción posterior de la deuda acumulada.
En septiembre nuevamente necesitamos acceder a un ampliación sin haber siquiera superado la primera revision trimestral del FMI. La formalización de lo expresado quedó evidenciada en la cumbre 2018 del G20, que se realizó en nuestro país en diciembre, donde durante las conferencias de prensa brindadas por el presidente Macri, se anunciaron los siguientes acuerdos.
Otorgar los ferrocarriles a los gobiernos chino y británico, con concesión mediante; generar una linea ferroviaria de carga entre Buenos Aires y el yacimiento de Vaca Muerta; y la explotación de una partede ese yacimiento al gobierno ruso. Además, se anunció la explotación de otra parte de Vaca Muerta y la construcción de autopistas al gobierno norteamericano, el direccionamiento de la educación en Matemáticas al gobierno de Singapur, las políticas de financiamiento de deuda y centrales hidroeléctricas en la provincia de Neuquén al gobierno alemán, y la venta a China de lotes de cerezas, arándanos, con el crecimiento de la producción de porotos de soja.
Todo lo descripto demuestra que a la actual administración no le interesa el crecimiento en base al desarrollo de nuestro país, y nos devolvieron al modelo agroexportador que dominó nuestra economía hasta la década del 30. Basándonos en estos hechos es que estaríamos en condiciones de afirmar que durante 2019 dejaremos la recesión económica para darle paso a un período de depresión económica como corolario de la ruptura de la cadena de pagos.
El Gobierno sabiendo ello publicó en el Boletin Oficial una Resolución del Ministerio de Seguridad que permite a las fuerzas federales el uso de armas de fuego sin los protocolos necesarios incluso hasta en movilizaciones populares.
En ese contexto, se prevé para 2019 una inflación minimamente igual a 2018, puesto que durante 2019 el ajuste de las bandas cambiarias es del 2% mensual, o sea 24% anual; 10% de arrastre y 7% con los aumentos previstos para el primer semestre, sin todavía conocer los datos de combustibles que expresaron que faltaba un 30% del corrimiento del dólar.
Estamos ante un esquema de entrega de la economía y patrimonio nacional que lleva a mayores niveles de pobreza, desocupacion y malestar social en un año electoral en el que se pretende incorporar las reformas laboral y previsional, con mucha población en la calle y altos niveles de represión.