Remar contra la corriente hasta el 26 de octubre. No hay otra alternativa para Javier Milei y su equipo. El margen que tienen para recuperar el capital político que perdieron en los últimos dos meses resulta es cada vez menor. En ese tiempo, audios comprometedores, denuncias de corrupción y derrotas legislativas se fueron intercalando en un camino que se volvió pantanoso. El traspié en territorio bonaerense pegó debajo de la línea de flotación y los terminó de desarmar. A corto plazo, su principal expectativa pasa por estabilizar algunas de las principales variables financieras, de la mano de la ayuda prometida por Estados Unidos. Mostrar capacidad de respuesta en tiempos turbulentos podría ser un argumento válido para acompañar al Gobierno en este trance, en particular a los desencantados votantes del PRO. El problema es que en el mercado consideran que la mayoría de los problemas que sacuden su gestión son errores no forzados. Sin embargo, lo que resulta llamativo en estas horas es que la voz del presidente más poderoso de Occidente se escuche menos que los numerosos pronósticos que aventuran finales disruptivos para el esquema cambiario y monetario que utiliza el Gobierno. Son ligas distintas y problemas diferentes, está claro. En la City asocian parte de la inestabilidad presente al complejo pronóstico político que tiene por delante la gestión libertaria. Pero las fichas que está jugando Donald Trump, a través de su secretario del Tesoro, no son nada despreciables. El presidente estadounidense mostró que no tiene empacho en pelearse con sus opositores internos en defensa de las promesas que le hizo a la Argentina. Los demócratas le achacan que desviará recursos a un país no estratégico en momentos en que la Casa Blanca"cerró" la administración, por no contar con autorización legislativa para ampliar el gasto del Estado. Scott Bessent, otra vez con oportunos posteos en la red X, remarcó que el diálogo con el ministro Luis Caputo avanza, y que lo que resta es discutir las condiciones del swap de monedas (algo que no implica comprometer fondos fiscales de EE.UU. sino una parte minúscula de las divisas de la Fed). De hecho, por la tarde trascendió que el ministro y su equipo continuarán la negociación ya en forma presencial, y que incluso podría activarse un programa de recompra de deuda soberana. El FMI, como era de esperar, aprovechó el día para dar una declaración favorable a este entendimiento. Los inversores están tomando decisiones con las encuestas en la mano. Pero el flujo de dólares no se resolverá con lo que pase el 26-O, sino con lo que aporte Trump. El mercado sobregiró en 2023, cuando esperaban un dólar por las nubes, y pagó los costos. Hoy debería tener presente que Milei y su equipo están jugando fuerte para no perder el partido. No sacrifican los dólares conseguidos a costa de bajar a 0 retenciones sin la convicción de que Trump va a ayudar a reponerlos. El BCRA sumó herramientas para contener el tipo de cambio a futuro y el acercamiento a Mauricio Macri podría seguir con más gobernadores, pensando incluso en el gabinete del día después de las elecciones. ¿Alcanza? Es suficiente para no dar la batalla por terminada. En la Argentina, tres semanas pueden ser una eternidad.