Las últimas tres ediciones del Estudio de Competitividad de Turismo del Foro Económico Mundial consideraron a los parques nacionales de Brasil como los mayores atractivos naturales del mundo. Ahora, el país se propone abrir esos parques al turismo global de una forma planificada y estructurada.

La iniciativa, anhelada por mucho tiempo, será concretada a través de una alianza del Estado con el sector privado mediante un programa de concesiones que comenzó a implementarse en agosto y que pondrá numerosos servicios a disposición de los visitantes en algunos de los más famosos parques nacionales de Brasil.

Los parques, unidades de conservación dotadas de una fuerte apelación mercadológica, están ubicados en áreas estratégicas de Brasil, como Itatiaia, entre Río de Janeiro y São Paulo; Lençóis Maranhenses, en el Nordeste; y la Chapada dos Veadeiros; a unos 200 kilómetros de Brasilia, que tiene el principal hub aéreo de la región Centro-Oeste del país.

Once parques ubicados en todas las regiones de Brasil se verán beneficiados por las concesiones, que generarán ingresos de 1.600 millones de reales en contratos por entre 15 a 20 años.

Boleterías, estacionamientos, campings, tiendas, restaurantes, actividades de aventura y espacios para eventos estarán entre los servicios prestados a través de concesiones que siguen las mejores prácticas mundiales y que abren infinitas oportunidades para inversores interesados en participar de un proceso que tiene todo para revolucionar el turismo brasileño y mundial.

En el 2017, las unidades de conservación de Brasil recibieron 10,7 millones de visitantes por año, un 20% más que en el 2016 y que generaron un movimiento de 2.000 millones de reales en los municipios vecinos a los parques. Son números ínfimos comparados al potencial a ser explotado. Los parques nacionales de Estados Unidos, por ejemplo, reciben 307 millones de visitantes por año y facturan u$s 17.000 millones.

Más que una acción para aumentar el turismo, la concesión de servicios en los parques nacionales es un movimiento de reposicionamiento de marca de Brasil. Llegó el momento de que el país que alberga la mayor biodiversidad del planeta y la mayor parte del bosque amazónico, y que tiene cerca de 20% de su territorio declarado como área protegida, se posicione como el parque del mundo e implemente una solución definitiva para garantizar la preservación de las especies y el apoyo a la investigación.

Brasil sabe que el movimiento de transformación de su ventaja comparativa en ventaja competitiva sólo será completo con la participación de los mejores del mundo. Los pliegos son internacionales y el involucramiento de los concesionarios que ya actúan en unidades de conservación reconocidamente bien estructuradas pueden hacer una gran diferencia. En este sentido, Argentina y Chile son fundamentales para el éxito de este proceso.

Los ejemplos de concesiones exitosas ya en funcionamiento en los parques nacionales de Iguazú, Fernando de Noronha y Tijuca, que juntos responden por casi 60% de todo el movimiento turístico de las unidades de conservación brasileñas, muestran que estamos en el camino correcto.

Recorrer ese sendero al lado de los mayores grupos internacionales que ya actúan como concesionarios de servicios en unidades de conservación permitirá que Brasil abra efectivamente sus parques nacionales al planeta y contribuya efectivamente para la preservación de un bien enormemente valioso: nuestras reservas naturales.