

El cáncer de colon es una de las enfermedades que más preocupan a las personas: se trata de un padecimiento que requiere tratamientos muy largos y que impacta duramente en la vida del paciente y de sus allegados. En este marco, ¿cuál es el síntoma que se confunde con la fiebre y que puede ser clave para la detección?
El cáncer de colon es una enfermedad en la que las células anómalas comienzan a crecer de forma inusual en el intestino grueso. Este tipo de cáncer suele desarrollarse a partir de pólipos adenomatosos, es decir, crecimientos benignos en la mucosa intestinal que con el tiempo pueden transformarse en tumores malignos si no se detectan.
La detección temprana, además, es importante para mejorar el pronóstico: en las etapas iniciales el cáncer de colon puede tratarse de una forma más eficaz. Tratamiento como las pruebas de cribado logran identificar pólipos o lesiones sospechosas antes de que se conviertan en cáncer.

El síntoma que se confunde con fiebre y que puede ser clave para la detección del cáncer de colon
La fatiga puede ser uno de los síntomas más sutiles pero persistentes del cáncer de colon, ya que puede confundirse con una fiebre alta. Se trata de una sensación de cansancio extremo que no mejora con el descanso y que puede estar vinculada con una pérdida de sangre oculta en el intestino.
Además del agotamiento físico, la fatiga vinculada al cáncer de colon puede llegar a impactar negativamente en el estado mental y emocional de la persona. Este síntoma también dificulta la concentración, reduce la motivación y afecta al desempeño en actividades cotidianas.
¿Qué tipo de alimentos deben evitarse para reducir el riesgo de cáncer de colon?
Para reducir el riesgo de cáncer de colon es recomendable evitar el consumo frecuente de carnes procesadas como salchichas, jamón y otros embutidos en general. Estos productos alimenticios, como cocinar carnes rojas a altas temperaturas, también puede ocasionar escenarios nocivos que aumentan el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.

Además, es importante limitar el consumo de alimentos ultraprocesados como snacks industriales, bebidas azucaradas, cereales refinados y productos en exceso de grasas trans. Estos alimentos suelen tener bajos contenidos en fibra, lo que afecta negativamente el tracto intestinal.












