Cuando una persona fallece, muchas familias se preguntan qué ocurre con los fondos que tenía en el banco. Las entidades financieras bloquean las cuentas hasta confirmar el deceso y verificar quiénes tienen derecho a reclamarlas.
El tiempo del proceso puede variar: en algunos casos es rápido, mientras que en otros puede extenderse por meses, dependiendo del monto y de la documentación presentada por los herederos.
Según fuentes oficiales, hoy es posible saber con precisión quiénes pueden reclamar el dinero y bajo qué condiciones.
Cómo reclamar los fondos de un familiar fallecido en el banco
La norma permite que, en muchos casos, los bancos entreguen el saldo sin abrir un proceso judicial. Esa entrega sin juicio está regulada por la Superintendencia Financiera y la práctica operacional de las entidades.
Según la Superfinanciera, las entregas directas aplican a depósitos en cuentas de ahorro, corrientes, CDT y cheques de gerencia en ciertos montos.
En la práctica, los bancos pueden pagar sin sucesión cuando el saldo no supera los $87.309.536 COP. Si el monto es mayor, la entidad podrá exigir la apertura de un juicio de sucesión o pruebas adicionales.
Trámites y documentos: lo que debe llevar al banco
Para pedir el saldo, los herederos deben acercarse a la entidad y presentar una solicitud por escrito. Es sustancial llevar copia autenticada del registro civil de defunción del titular, documento que acredite el vínculo, como un acta de matrimonio o nacimiento, y cédulas de los solicitantes.
El banco entregará un formato de entrega de saldos que debe diligenciarse según sus instrucciones.
También es usual que pidan una declaración jurada donde se afirme que no existe un administrador de bienes designado ni otros procesos que afecten las cuentas. Tras la evaluación, la entidad notificará si aprueba el pago o exige sucesión judicial.
¿Qué ocurre si el saldo es mayor? Cuando toca abrir sucesión
Si el saldo excede el límite legal, o si hay discordia entre posibles herederos, la salida más segura es tramitar la sucesión en notaría o en juzgado. El proceso aclara quiénes son los herederos y permite liquidar deudas y distribuir el patrimonio; toma más tiempo y puede implicar costos notariales o judiciales.
Además, no todos los productos financieros son susceptibles de entrega directa: fideicomisos, fondos administrados y ciertos instrumentos requieren procedimientos distintos. Antes de firmar, consulte con el banco y, de ser necesario, con un abogado especializado.