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Observar a una persona conversando consigo misma puede provocar asombro o incluso inquietud.

No obstante, la psicología investigó este fenómeno durante años y determinó que, lejos de ser un indicativo automático de enfermedad mental, el acto de hablar solo puede desempeñar funciones cognitivas, emocionales y sociales de gran relevancia.

Sin embargo, ¿qué ocurre cuando este comportamiento se vuelve excesivo o perturbador?

¿Qué significa cuando una persona empieza a dialogar consigo misma y contestarse, según la psicología?

Desde el punto de vista psicológico, hablar solo no es necesariamente un síntoma de trastorno. Por el contrario, investigaciones en neurociencia y psicología cognitiva evidenciaron que muchas personas utilizan el diálogo interno en voz alta como una herramienta para organizar sus pensamientos, regular emociones y mejorar la concentración.

Este fenómeno, conocido como autohabla o self-talk, se presenta con frecuencia en situaciones de estrés, decisiones complejas o durante actividades que requieren atención sostenida.

Según estudios publicados en el Journal of Experimental Psychology, verbalizar pensamientos en voz alta contribuye a mejorar la memoria de trabajo y facilita la resolución de problemas. En este sentido, hablar solo puede considerarse una forma de autoestimulación mental y emocional completamente natural y beneficiosa.

Asimismo, es común que los niños pequeños hablen solos durante el juego. Este tipo de monólogo desempeña un papel crucial en el desarrollo del lenguaje y la comprensión del entorno, por lo que no se considera patológico en las primeras etapas de la vida.

¿Qué trastorno implica hablar solo?

Hablar de manera ocasional no necesariamente indica la presencia de un trastorno mental. Sin embargo, si una persona mantiene diálogos consigo misma de forma frecuente y prolongada y presenta pérdida de contacto con la realidad (por ejemplo, respondiendo a voces que no son percibidas por otros), esto podría ser un síntoma asociado a diversas condiciones psicológicas o psiquiátricas.

Entre los trastornos que pueden manifestar este tipo de comportamiento se encuentran:

  • Esquizofrenia: uno de los signos distintivos es la presencia de alucinaciones auditivas, que pueden llevar al individuo a hablar solo como si mantuviera una conversación con otra persona.
  • Trastorno esquizoafectivo: combina síntomas del espectro esquizofrénico con alteraciones del estado de ánimo.
  • Trastornos disociativos o delirantes: en estos casos, el contacto con la realidad puede verse alterado de manera parcial o total.

En tales situaciones, el acto de hablar solo trasciende un simple monólogo reflexivo, convirtiéndose en una interacción con estímulos internos que carecen de existencia en el entorno objetivo.

Hablar solo: cuándo es normal y cuándo no lo es

La diferencia fundamental entre el uso del habla en solitario como una herramienta funcional y su manifestación como síntoma de un trastorno radica en la frecuencia, el contenido y el contexto.

Cuando un individuo se habla a sí mismo para liberar tensiones, recordar información o reflexionar en voz alta, esta conducta se considera normal y adaptativa.

Sin embargo, si la persona mantiene diálogos imaginarios de manera constante, exhibe comportamientos inusuales o se aísla de su entorno social, se sugiere encarecidamente la búsqueda de atención psicológica.