El impacto de un asteroide de gran tamaño en la Tierra podría desencadenar un fenómeno climático devastador similar a un invierno nuclear, ya que expulsaría millones de toneladas de polvo y escombros a la atmósfera, bloqueando la luz solar y provocando un enfriamiento global significativo.
Este oscurecimiento prolongado alteraría gravemente los ecosistemas, afectando la fotosíntesis y, en consecuencia, la producción alimentaria a nivel mundial.
Esta amenaza ha generado alerta en la comunidad científica, que monitorea constantemente asteroides como Bennu, cuyo posible impacto está calculado para siglos futuros.
Este asteroide podría impactar contra la Tierra y causar un "invierno nuclear"
En un escenario que parece sacado de una película apocalíptica, la ciencia ha comenzado a considerar con seriedad los efectos climáticos de un eventual impacto de asteroide. Según un estudio publicado en Science Advances, un objeto de unos 500 metros de diámetro tendría el potencial de alterar el equilibrio atmosférico del planeta durante varios años, generando un "invierno de impacto" con consecuencias devastadoras.
Los investigadores del Centro de Física del Clima del Instituto de Ciencias Básicas de la Universidad Nacional de Pusan, en Corea del Sur, analizaron los efectos del hipotético impacto usando como modelo al asteroide Bennu. Este objeto, de características reales y monitoreado por la NASA, podría liberar hasta 400 millones de toneladas de polvo en la atmósfera si colisionara con la Tierra, afectando directamente la temperatura, las precipitaciones y la luz solar.
¿Qué consecuencias tendría un invierno provocado por un asteroide?
El fenómeno conocido como "invierno de impacto" o "invierno nuclear" podría provocar un descenso global de temperaturas de hasta 4 grados centígrados, acompañado de una reducción del 15% en las precipitaciones. Estas condiciones afectarían gravemente la agricultura, la biodiversidad, la seguridad alimentaria, la fotosíntesis en ecosistemas terrestres y marinos amenazando la base de la cadena alimentaria global.
En este sentido, el estudio señala un agotamiento del ozono de alrededor del 32%, lo que aumentaría la exposición a radiación ultravioleta. Aunque algunas regiones oceánicas podrían experimentar una recuperación acelerada del plancton gracias a la presencia de hierro en el polvo, los efectos negativos dominarían el panorama y sumergirían a la humanidad a cielos oscurecidos, recursos naturales en declive y varios años de clima extremo.