

Un descubrimiento ha despertado la atención de la comunidad científica y de los medios de todo el mundo. En una remota región cubierta de hielo un equipo de investigadores encontró los restos de un animal que, miles de años atrás, dominaba su entorno y era temido incluso por los primeros humanos: un oso.
El descubrimiento no solo aporta información sobre la fauna de la Edad de Hielo, sino que también abre la puerta a nuevas investigaciones sobre la relación entre el ser humano y las especies que enfrentó en su lucha por la supervivencia. Las primeras imágenes difundidas han generado asombro por el nivel de detalle que aún se conserva en este ejemplar.
Aunque el hallazgo se hizo público en 2020, los estudios han avanzado con cautela para preservar cada fragmento y obtener datos valiosos. Hasta ahora, la identidad de este depredador prehistórico está en reserva, a la espera de los análisis definitivos que confirmaran su historia.

Descubrimiento del oso cavernario en Siberia
La confirmación llegó desde la Universidad Federal del Noreste (NEFU) en Yakutsk, institución que lidera la investigación. Los podrían corresponder a un oso cavernario (Ursus spelaeus) o a un oso pardo, hallado en las islas Lyakhovsky, parte del archipiélago de Nueva Siberia. Según NEFU, el animal vivió hace unos 24.000 años y quedó sepultado bajo el permafrost, lo que permitió conservar su piel, garras, dientes e incluso partes de sus órganos internos.
Este hallazgo es único porque, a diferencia de otros fósiles, el oso se encontró completo y en condiciones óptimas para estudios de ADN. Los investigadores afirman que esto podría aportar información inédita sobre su genética y adaptación al clima extremo de la época.
Un hallazgo clave para la paleontología
Para los científicos, este descubrimiento representa una oportunidad irrepetible de estudiar de cerca a una especie extinta que convivió con los neandertales y que posiblemente fue cazada por ellos. El profesor Lena Grigorieva, de la NEFU, destacó que es la primera vez que se recupera un ejemplar tan completo de oso cavernario en la región.

Los próximos pasos incluyen análisis de laboratorio que podrían incluso abrir debates sobre técnicas de clonación y recreación genética. Aunque estas ideas aún están en fases tempranas, el hallazgo ya se considera uno de los más importantes de la última década en el estudio de la vida prehistórica.











