

La familia real británica vuelve a estar en el centro de las miradas. En esta ocasión, no por una celebración o un anuncio oficial, sino por una ausencia que genera especulaciones en torno al vínculo entre los príncipes de Gales y el rey Carlos III. Kate Middleton y el príncipe William no participaron de uno de los eventos religiosos más tradicionales de la corona británica, lo que fue interpretado por muchos como una señal de distanciamiento.
Mientras el rey Carlos III atraviesa un momento delicado de salud, la decisión del príncipe William y Kate de permanecer en su residencia de Norfolk junto a sus hijos generó malestar dentro y fuera del Palacio.
La ausencia, que se presenta como una elección personal, podría marcar un antes y un después en la dinámica interna de la realeza.
Las razones detrás de la ausencia de William y Kate en la misa de Pascua
Kate Middleton y el príncipe William tomaron la determinación de no asistir a la tradicional ceremonia de Pascua en Windsor, priorizando el tiempo en familia. Según fuentes cercanas, los príncipes de Gales pasaron las festividades en su mansión en Anmer Hall, Norfolk, junto a sus hijos George, Charlotte y Louis. La decisión llega en un momento sensible para la monarquía, debido al tratamiento oncológico que atraviesa el rey Carlos III desde comienzos de 2024.

Aunque desde el Palacio de Kensington insisten en que la ausencia responde únicamente a un deseo de privacidad y descanso, expertos en la familia real advierten sobre posibles tensiones internas. Esta sería la primera vez desde 2017 que los príncipes de Gales se ausentan de una ceremonia pascual, lo que alimenta los rumores sobre una posible redefinición de sus roles dentro de la estructura monárquica.
Qué implicancias podría tener este gesto en la relación con el rey Carlos III
El gesto de distanciamiento no pasó desapercibido en un contexto en el que Carlos III intenta mantener su actividad pública pese a su delicado estado de salud. La ausencia de su hijo mayor y su nuera en un evento de fuerte carga simbólica podría leerse como un revés para el monarca, quien además enfrenta cuestionamientos sobre la solidez de su reinado.

Diversas voces cercanas a la realeza sugieren que esta decisión podría ser parte de un cambio más profundo en la relación entre los príncipes de Gales y la cabeza de la monarquía. Mientras el rey continúa delegando funciones en otros miembros de la familia, William y Kate parecen optar por un perfil más reservado, lo que podría afectar la percepción pública de unidad dentro de la institución real.











