En un giro que marca el fin de una era, Italia anunció que a partir de agosto de 2026 dejará de aceptar su documento de identidad en formato papel. La medida responde a una normativa europea que busca estandarizar los sistemas de identificación en todos los países miembros y combatir la falsificación documental.
Quienes no actualicen su documento a tiempo podrían enfrentar problemas al viajar dentro del espacio Schengen o acceder a servicios estatales. El reemplazo obligatorio será la Carta d'Identità Elettronica (CIE), una tarjeta inteligente que ya usan millones de italianos y que se convertirá en el único formato válido.
Qué es la CIE y por qué es obligatoria
La CIE es un documento de identidad electrónico con tecnología de punta: incluye un microchip que almacena datos personales, biométricos y de seguridad. También incorpora una zona de lectura óptica (MRZ), como la que tienen los pasaportes, lo que facilita los controles migratorios y permite validar la identidad en servicios digitales.
Desde su lanzamiento, la CIE ha permitido acceder a trámites en línea, firmar documentos digitales y utilizar servicios de salud o educación sin tener que presentar papeles físicos. Pero hasta ahora, su uso no era obligatorio para todos.
Eso cambiará el 3 de agosto de 2026, fecha establecida por el Reglamento Europeo 2019/1157, que exige que todos los documentos nacionales cumplan con estándares de seguridad biométrica y puedan ser leídos electrónicamente. Las viejas cédulas de papel -incluso aquellas sin fecha de vencimiento- dejarán de ser válidas para viajar o identificarse ante la administración pública.
Cuántos italianos deben renovarla
Según datos oficiales, aún hay entre 5 y 8 millones de ciudadanos italianos que conservan la versión antigua de la tarjeta. Algunos la mantienen por costumbre, otros porque fue emitida sin fecha de caducidad. Sin embargo, incluso estos documentos deberán reemplazarse antes del plazo fijado.
El proceso para obtener la CIE no es inmediato, por lo que las autoridades recomiendan solicitar turno con anticipación en la comuna de residencia o, si se vive en el extranjero, en el consulado italiano correspondiente.
El trámite incluye presentar una foto tipo pasaporte, el código fiscal, la cédula anterior y pagar una tasa de unos 22 euros. El nuevo documento se entrega en un plazo estimado de seis días hábiles.
Qué cambia para quienes viven fuera de Italia
Para la comunidad italiana residente en América latina, especialmente en países como Colombia, la Argentina o Venezuela, esta transición representa un paso clave. La CIE no solo será necesaria para entrar a Italia, sino también para acceder a servicios consulares, votar en el exterior, renovar pasaportes o incluso para gestiones bancarias en algunos casos.
Los consulados italianos ya comenzaron campañas de información, recordando que no es necesario esperar a que el documento actual expire para pedir el nuevo. En muchos casos, recomiendan hacer el cambio cuanto antes para evitar colapsos en los sistemas de turno a medida que se acerque la fecha límite.
Con esta reforma, Italia se alinea con la transformación digital que atraviesan todos los países europeos, apostando por identificaciones más seguras y funcionales. Para millones de ciudadanos -dentro y fuera del país- comienza una cuenta regresiva que exige previsión y acción rápida.