

Las principales potencias militares siguen con atención los últimos movimientos en el escenario marítimo internacional. En el Asia Pacífico, una región clave para el comercio global y la seguridad estratégica, dos países con peso militar creciente decidieron profundizar su coordinación en alta mar.
La señal no llegó en forma de declaraciones políticas, sino a través de maniobras navales y despliegues coordinados que fueron monitoreados por distintas fuerzas de la región. La actividad se desarrolló en un contexto de tensiones previas y reconfiguración del equilibrio militar en el océano Pacífico.
Rusia y China y los patrullajes navales conjuntos en Asia Pacífico
Las fuerzas navales de Rusia y China confirmaron a mediados de este año un patrullaje naval conjunto en la región de Asia Pacífico, una vez concluidos los ejercicios militares desarrollados en el Mar de Japón. La información fue difundida por la agencia rusa Interfax, citando a la Flota del Pacífico de la Federación Rusa.

Según el comunicado oficial, buques de la Armada rusa y de la Armada del Ejército Popular de Liberación de China conforman un nuevo grupo operativo con la misión de ejecutar tareas de patrulla conjunta. El despliegue fue planteado tras la reposición logística de las embarcaciones y forma parte de una agenda de cooperación militar previamente establecida entre Moscú y Pekín.
Los ejercicios en el Mar de Japón se extendieron durante cinco días y estuvieron centrados en operaciones antisubmarinas y de defensa aérea. En la fase final, unidades rusas y chinas realizaron prácticas de fuego real y simulaciones de neutralización de amenazas submarinas, de acuerdo con los reportes oficiales.
Operaciones militares en el Pacífico y mensaje estratégico
Entre los buques participantes se encontraban el gran buque antisubmarino ruso Almirante Tributs, la corbeta Gromky, y los destructores chinos Shaoxing y Urumqi. Las tripulaciones entrenaron maniobras coordinadas mientras eran observadas por actores regionales que siguen de cerca la evolución militar en el Pacífico occidental.
Desde Moscú, la Flota del Pacífico aclaró que los ejercicios y el posterior patrullaje tienen un carácter defensivo y que no están dirigidos contra un país en particular. No obstante, analistas internacionales interpretan estas acciones como una señal disuasoria en un contexto marcado por el aumento de la presencia militar estadounidense en Asia Pacífico.
Rusia y China mantienen desde 2019 patrullas aéreas conjuntas en la región y han incrementado la frecuencia de sus entrenamientos combinados. Esta cooperación se enmarca en la asociación estratégica “sin límites” que ambos países anunciaron antes del inicio de la guerra en Ucrania, y coincide con el proceso de modernización de la flota china para operar como una fuerza naval de aguas profundas con alcance global.











