La familia real de Noruega atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia reciente. A pocos meses del inicio del juicio, la justicia ha confirmado que Marius Borg Høiby, hijo de la princesa heredera Mette-Marit y hijastro del príncipe heredero Haakon, fue acusado de un total de 32 delitos, entre ellos cuatro violaciones.
Aunque Høiby, de 28 años, no posee título nobiliario ni forma parte de la línea de sucesión, su cercanía con la princesa heredera ha provocado un impacto social y político de gran alcance. El caso ha reabierto debates sobre el papel de la monarquía y el trato de la justicia en situaciones vinculadas a la realeza.
Quién es Marius Borg Høiby y qué cargos enfrenta
El acusado es hijo de Mette-Marit fruto de una relación previa a su matrimonio con el príncipe Haakon. Pese a no tener rango real, Høiby ha crecido bajo el foco mediático y ha sido una figura conocida en Noruega.
La fiscalía lo imputó por violencia doméstica, amenazas, vandalismo, violación de órdenes de alejamiento, amenazas de muerte y cuatro cargos de violación, de acuerdo con la amplia definición del código penal noruego. Según la acusación, algunas de las agresiones ocurrieron mientras las víctimas dormían y en al menos un caso habría existido grabación sin consentimiento.
La investigación se inició tras su arresto en agosto de 2024 por agredir a una expareja. Desde entonces, las denuncias se multiplicaron y abarcan hechos ocurridos entre 2018 y 2024. El juicio está previsto para enero de 2026 y podría extenderse seis semanas. Si se confirma su culpabilidad en los cargos más graves, enfrenta hasta 10 años de prisión.
La respuesta de la familia real noruega
La Casa Real ha reaccionado con cautela. En un comunicado, el Palacio afirmó que se trata de un asunto judicial y que no intervendrá en el proceso. El príncipe heredero Haakon declaró que, pese a la gravedad de la situación, la familia real continuará con sus deberes oficiales: "Es un momento difícil para todos, pero nuestras responsabilidades institucionales siguen en pie".
La princesa Mette-Marit, madre de Høiby, no se ha pronunciado públicamente. Sin embargo, la presión mediática es creciente y el caso se ha convertido en el mayor escándalo que enfrenta la monarquía noruega en décadas. La situación reavivó críticas de sectores republicanos, que cuestionan la vigencia de la institución monárquica en el país.
Repercusiones sociales y políticas del caso
El impacto va más allá de lo judicial. La opinión pública noruega está dividida entre quienes reclaman un proceso ejemplar y quienes temen un juicio condicionado por la cercanía con la familia real. Distintos analistas destacan que este episodio podría marcar un antes y un después en la relación de la sociedad con la monarquía.
El juicio, que comenzará en 2026, se perfila como un acontecimiento histórico no solo para la justicia noruega, sino también para la imagen de la familia real. Las acusaciones contra Høiby ponen en jaque la estabilidad de la institución en un momento en que las monarquías europeas ya enfrentan crecientes cuestionamientos sobre su papel en sociedades modernas y democráticas.