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Investigadores chinos han dado con un hallazgo que promete cambiar el panorama de la generación eléctrica: un prototipo basado en torio y sales fundidas ha mostrado funcionamiento estable en pruebas iniciales. El proyecto busca ofrecer una alternativa que combine seguridad y una mayor utilización del combustible frente a la energía nuclear convencional.

La tecnología disuelve el material activo en una sal líquida que circula por el núcleo del reactor, transfiere calor a un circuito secundario y genera vapor para producir electricidad, sin emplear las barras sólidas tradicionales. Según los equipos científicos, este enfoque permite quemar mucho más del combustible y operar a presión atmosférica, reduciendo riesgos asociados a sobrepresión y fallas estructurales.

Seguridad pasiva y gestión de residuos

Uno de los rasgos distintivos del diseño es su mecanismo de seguridad pasiva: en caso de fallo, un tapón de sal solidificada se funde y deja que el combustible líquido drene por gravedad hacia depósitos subterráneos donde la reacción se detiene por sí misma. Ese principio físico evita la dependencia de sistemas activos o intervenciones humanas en situaciones críticas.

El torio podría volverse un reemplazo del Uranio, según estos estudios.
El torio podría volverse un reemplazo del Uranio, según estos estudios.

Además, los promotores afirman que la plataforma genera volúmenes mucho menores de residuos de larga vida comparados con los reactores de uranio, y que muchos subproductos se descomponen en escalas temporales mucho más cortas, lo que reduciría la carga de gestión a largo plazo.

Ventajas operativas y eficiencia

El diseño en sales fundidas permite aprovechar una fracción muy alta del material energético disponible, lo que incrementa la eficiencia del combustible y abarata costos por unidad de energía producido. La ausencia de funcionamiento a alta presión simplifica la ingeniería de contención y disminuye la probabilidad de accidentes catastróficos.

China impulsa desde hace años esta línea de investigación con ambición industrial: el prototipo de baja potencia se plantea como paso previo a unidades demostrativas mucho mayores, con el objetivo de llevar modelos comerciales a la red durante la próxima década.

Las centrales nucleares actuales, basadas en uranio, podrían ser remplazadas por las que utilicen torio.
Las centrales nucleares actuales, basadas en uranio, podrían ser remplazadas por las que utilicen torio.

El impacto en el mundo y los retos por delante

Si los resultados se confirman en escalas industriales, la tecnología podría alterar la matriz energética global al ofrecer una fuente abundante, de baja emisión y con altos estándares de seguridad. Eso reforzaría la soberanía energética de países con programas avanzados.

No obstante, quedan preguntas técnicas y regulatorias por contestar: validación de rendimiento a gran escala, economía real de ciclo de vida, gestión efectiva de subproductos y aceptación pública y política. El tiempo dirá si este avance se convierte en la gran revolución energética anunciada.