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El gobierno de los Estados Unidos avanza con una política migratoria que podría transformar el modo en que se tramitan las visas y permisos de residencia. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) presentó una propuesta normativa que autorizaría la recolección de muestras de ADN y otros datos biométricos avanzados —como huellas digitales, reconocimiento facial y escaneos oculares— para todas las personas que soliciten una visa, la ciudadanía o cualquier beneficio migratorio.
La medida forma parte de una revisión integral del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), que busca actualizar su base de datos biométricos y eliminar algunas excepciones vigentes. Según el texto preliminar, las pruebas podrían exigirse incluso a menores de edad o a solicitantes que ya hubieran presentado información en trámites anteriores, con el objetivo de “mantener una verificación continua de identidad”.
Una norma con fecha tentativa y críticas en aumento
El gobierno de los Estados Unidos avanza con una política migratoria que puede cambiar la forma en que se tramitan las visas y los permisos de residencia. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) presentó una propuesta que autoriza la recolección de muestras de ADN y otros datos biométricos -como huellas digitales, reconocimiento facial o escaneos oculares- para todas las personas que soliciten una visa, la ciudadanía o la residencia.

La iniciativa forma parte de una revisión general del USCIS, que busca actualizar sus bases de datos y eliminar las excepciones que existían hasta ahora. El texto preliminar indica que las pruebas podrían pedirse incluso a menores de edad o a personas que ya hubieran entregado información en trámites anteriores. El objetivo, según el DHS, es “mantener una verificación continua de identidad”.
Cuándo empieza a regir la exigencia de ADN para visas
La propuesta fue publicada en el Registro Federal en noviembre de 2025 y estará abierta a consulta pública hasta el 2 de enero de 2026, según informó el propio DHS.
Aunque todavía no tiene una fecha exacta de entrada en vigor, el organismo anticipó que planea aplicar los nuevos controles de forma gradual, una vez completado el proceso de revisión pública, comenzando por las visas de reunificación familiar y las solicitudes de residencia.
Según el DHS, la medida busca “garantizar la integridad de los procesos migratorios y la seguridad nacional”. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos advierten que podría expandir el alcance del sistema de vigilancia estatal.
Qué cambiaría para quienes pidan visa o residencia
Si la norma se aprueba, las personas que inicien un trámite migratorio -por trabajo, estudios o reunificación familiar- deberán realizar pruebas biométricas más completas. Además de las huellas y las fotografías, el USCIS podrá pedir muestras de ADN para confirmar identidades o vínculos familiares, como los de padres e hijos.
Según el medio especializado Biometric Update, la norma también permitiría usar el ADN para verificar el sexo biológico en ciertos trámites, un punto que generó fuertes críticas de organizaciones civiles. Si se aprueba, el DHS podría guardar y reutilizar los datos genéticos por varios años, incluso para otros procedimientos.
Preocupaciones sobre privacidad y uso del ADN
Diversas organizaciones civiles, como la American Civil Liberties Union (ACLU) y la Electronic Frontier Foundation (EFF), cuestionaron el alcance de la iniciativa. En declaraciones citadas por Truthout, especialistas advirtieron que la recolección de ADN podría ampliar las capacidades de vigilancia del gobierno y aumentar los riesgos de uso indebido de los datos personales.
La ACLU ha señalado en distintos comunicados que el ADN contiene información extremadamente sensible que puede revelar antecedentes familiares, condiciones de salud o vínculos biológicos no conocidos. Para la organización, estos riesgos hacen necesario limitar el alcance de la recolección y almacenamiento genético en los procesos migratorios.

Por ahora, la propuesta del DHS sigue en evaluación y su implementación dependerá del resultado de la consulta pública. Si se aprueba en 2025 o 2026, marcará un cambio importante en la política migratoria de los Estados Unidos: uno donde el ADN se convertirá en una nueva llave para cruzar fronteras.










