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La tensión global vuelve a escalar. En un movimiento que altera los equilibrios del Pacífico, los ejércitos de Rusia y China consolidaron una nueva fase de cooperación estratégica.

Ambas potencias realizaron un amplio patrullaje conjunto en el océano Pacífico, utilizando submarinos de última generación capaces de operar misiones de largo alcance.

China y Rusia intensifican su presencia en el Pacífico

Entre las unidades desplegadas destacó el submarino rusoVolkhov B-603, perteneciente al Proyecto 636.3, clase Kilo. Este sumergible recorrió más de 3.200 kilómetros desde su base en Vladivostok hasta el Pacífico occidental, demostrando la capacidad de proyección naval rusa.

La Flota del Pacífico rusa y la Armada del Ejército Popular de Liberación de China desarrollaron maniobras navales conjuntas en el Mar de Japón y el Mar de China Oriental. Estas operaciones incluyeron ejercicios de navegación y seguimiento de superficie con el despliegue de submarinos de ataque equipados con tecnología avanzada.

El poder y la tecnología del submarino ruso

Los submarinos rusos y los buques de la Armada china actuaron junto a la corbeta rusa Gromkiy y el buque antisubmarino Almirante Tributs. La flota asiática sumó los destructores chinos Urumqi y Shaoxing, respaldados por buques logísticos que garantizaron autonomía en el mar abierto.

Un despliegue conjunto que inquieta al bloque occidental

El Volkhov está equipado con misiles de crucero Kalibr, torpedos de alta precisión y sistemas de sigilo acústico de nueva generación. Su diseño permite ejecutar misiones de combate tanto en aguas profundas como en superficie, lo que refuerza su papel en las estrategias de disuasión marítima.

Fuente: Navy Visual News Service (NVNS)MC1 Kimberly Clifford

De acuerdo con la agencia TASS, el objetivo principal de estas maniobras es fortalecer la cooperación naval entre Rusia y China, garantizar la seguridad marítima y proteger las rutas comerciales y recursos estratégicos en la región Asia-Pacífico. Los gobiernos de ambos países calificaron el operativo como una muestra de estabilidad frente a lo que consideran la expansión militar occidental en la zona.

Según los informes, el ejercicio fue concebido como un patrullaje táctico y estratégico en el Mar de Japón, zona considerada de alto valor militar por la presencia constante de flotas de Estados Unidos y Japón. El despliegue representa un mensaje claro sobre la creciente coordinación militar entre Moscú y Pekín.