

El cometa 3I/ATLAS, el tercer visitante interestelar conocido que atraviesa el Sistema Solar, ha despertado gran interés entre los astrónomos por su repentino incremento de brillo. A medida que se acerca a su punto más cercano al Sol, conocido como perihelio, el objeto ha duplicado la velocidad con la que refleja la luz, un comportamiento que no se había registrado antes en cuerpos de su tipo.
Durante el último mes, el cometa se mantuvo casi oculto detrás del Sol, lo que dificultó su observación desde la Tierra.
En este tiempo, los astrónomos recurrieron a observatorios espaciales y satélites de monitoreo solar para seguir su trayectoria y estudiar los cambios en su superficie.
Observatorios espaciales detectan un aumento inesperado en el brillo del cometa
Investigadores del Observatorio Lowell y del Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos descubrieron que las naves espaciales diseñadas para estudiar la corona solar también podían captar al cometa durante su paso cercano al Sol.

Gracias a los instrumentos a bordo de STEREO-A, SOHO y GOES-19, lograron observar una transformación notable: entre mediados de septiembre y finales de octubre, el brillo de 3I/ATLAS aumentó mucho más rápido de lo previsto, según informó Science Alert.
El equipo determinó que la luminosidad del cometa creció en proporción inversa a la distancia al Sol elevada a la potencia 7,5, una tasa de aumento significativamente más pronunciada que la de los cometas comunes. Esto sugiere que su superficie o composición podrían estar provocando reacciones distintas al calentarse.
El misterio del brillo azul del cometa 3I/ATLAS
Otro hallazgo que sorprendió a los científicos fue el color azul intenso del cometa. A diferencia del tono rojizo que había mostrado anteriormente, las nuevas imágenes revelaron una tonalidad más fría y brillante. Este cambio sugiere que el brillo visible no se debe solo al polvo, sino también a gases emitidos desde su interior, como el cianógeno o el amoníaco.
Las imágenes captadas por el coronógrafo del satélite GOES-19 mostraron una envoltura luminosa que rodea el núcleo del cometa, indicando que está perdiendo material a medida que se acerca al Sol.
Según los cálculos, el cometa alcanzó su punto más brillante el 29 de octubre, llegando a una magnitud cercana a 9, lo que lo hace visible incluso con telescopios pequeños.
La NASA guarda silencio sobre las nuevas imágenes, según Avi Loeb
El astrofísico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, señaló que la NASA aún no ha publicado las imágenes de alta resolución prometidas sobre el cometa 3I/ATLAS. De acuerdo con Loeb, la agencia espacial mantiene un silencio inusual respecto a los datos más recientes, lo que ha despertado especulaciones entre los seguidores del fenómeno.
Mientras tanto, la NASA se ha limitado a confirmar que el cometa no representa ninguna amenaza para la Tierra y que continuará siendo monitoreado en su trayectoria de salida del Sistema Solar.

Qué se espera para las próximas semanas
Con el cometa alejándose del Sol, los astrónomos anticipan que en noviembre y diciembre podrá ser observado nuevamente desde la Tierra con telescopios medianos. Se espera que su análisis aporte información clave sobre los materiales que componen los objetos interestelares y sobre cómo interactúan con el calor del Sol.
Aunque todavía no hay una explicación definitiva para su aumento de brillo, los investigadores coinciden en que el 3I/ATLAS representa una oportunidad única para estudiar los procesos físicos que ocurren en cuerpos procedentes de otros sistemas estelares.









