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En un contexto global marcado por la inestabilidad energética y los recientes apagones que afectaron a países como España y Portugal, el presidente de EstadosUnidos, DonaldTrump, ha decidido tomar medidas drásticas.

A través de una serie de decretos firmados en la Casa Blanca, su administración apuesta por relanzar la energía nuclear como eje central de la política energética nacional.

El objetivo es doble: evitar una posible catástrofe eléctrica a gran escala y asegurar el dominio estadounidense en un sector estratégico para la seguridad nacional, la inteligenciaartificial y la economía global.

Donald Trump declara una emergencia energética y apunta a la energía nuclear

En su primer día del segundo mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró una emergencia energética nacional a pesar de los altos niveles de producción de petróleo y precios bajos de combustible. La medida busca agilizar los permisos, reducir la burocracia y promover la energía nuclear como alternativa frente a las energías renovables, consideradas "intermitentes" por su administración.

Fuente: EPA/POLITICO POOLFRANCIS CHUNG / POOL

Trump firmó tres decretos que reestructuran la Comisión Reguladora Nuclear (NRC), reducen las exigencias de seguridad y aceleran la aprobación de nuevos reactores.

Uno de los argumentos fue el reciente apagón que afectó a España y Portugal, usado como ejemplo de la vulnerabilidad energética. "Marquen este día en sus calendarios", dijo el secretario del Interior, Doug Burgum. "Esto va a suponer recuperarse de más de 50 años de regulación excesiva de un sector".

Impulso a la energía nuclear: reactores experimentales y dominio industrial global

Los decretos firmados buscan cuadruplicar la capacidad nuclear del país para 2050, pasando de 100 a 400 gigavatios. Esto incluiría cinco gigavatios adicionales en reactores existentes y la construcción de diez nuevos reactores de gran tamaño antes de 2030.

En este sentido, el Departamento de Energía trabajará con el sector privado para activar tres reactores experimentales antes del 4 de julio de 2026 y alimentar instalaciones clave de inteligencia artificial en un plazo de 30 meses.

Según la nueva política, se reducirán los límites de seguridad ante la radiación, al considerar que las normas actuales carecen de una base científica sólida.