


Las extranjeras, de Sergio Olguín (Alfaguara)
El regreso de Verónica Rosenthal, la periodista más seductora y arriesgada de la novela policial argentina.
Dos jóvenes extranjeras, Petra y Frida, son asesinadas al término de una fiesta en una casa de la alta sociedad tucumana, en Yacanto del Valle. Sus cuerpos aparecen tirados en el campo con signos de violencia y ataque sexual. La periodista Verónica Rosenthal nunca pensó que su aventura por el Noroeste argentino terminaría con sus amigas muertas y, aunque no confía en la policía ni en la justicia locales, está decidida a encontrar a los culpables.
Gracias a su talento periodístico y a la inesperada ayuda de personas entrañables, Verónica se adentra en un peligroso juego de responsabilidades del que ella quizá también forme parte. Y en medio de tanta muerte, el amor y el deseo regresan al cuerpo de Verónica después de un período oscuro de su vida. Las extranjeras, el nuevo libro de Sergio Olguín, es un policial de ritmo alucinante, pero también una historia romántica cargada de erotismo y la crónica de costumbres de un pueblo donde reina la impunidad y donde el asesinato de mujeres forma parte de su vida cotidiana.

Buenos Aires en la mira, de Daniel Balmaceda (Sudamericana)
Daniel Balmaceda buscó durante años fotografías antiguas de Buenos Aires. Este libro es el encantador resultado de esa minuciosa investigación y selección. Con imágenes inéditas, reveladas aquí por primera vez, y otras perlas halladas en diversos archivos, Buenos Aires en la mira pretende hacer un aporte diferente a la historia de la ciudad y rendir homenaje a los fotógrafos que a través de su lente capturaron para siempre los aspectos más atractivos de cada época.
Como dice el autor, "la magia de la fotografía es recrear una escena que no vivimos". Por eso, Balmaceda acompañó con una breve historia cada una de las imágenes que nos emocionan y nos transportan en el tiempo.
Relatos sobre el detrás de escena de ese instante único, haciendo foco en cada detalle para reconstruir las geniales vivencias, aventuras y anécdotas escondidas en cada foto.

Heridas abiertas, de Gillian Flynn (Roja y Negra)
Recién salida de una breve estancia en un hospital psiquiátrico, Camille Preaker viaja a su ciudad natal con el objetivo de cubrir una serie de asesinatos para el diario donde trabaja. Así, regresa a la inmensa mansión en la que creció, donde tendrá que enfrentar los recuerdos de su hermana, que murió en plena adolescencia.
Pero lo que más perturba a Camille es la presencia de su madre, una mujer fría y manipuladora que despierta la admiración de sus vecinos y que vive obsesionada con su salud y la de los suyos. Con la policía local abrumada por los hechos, Camille llevará a cabo su propia investigación, desafiando las rígidas normas sociales de un pequeño pueblo de la América profunda.
Finalista del prestigioso Premio Edgar de novela negra y galardonada con el Ian Fleming Steel Dagger, la primera novela de Gillian Flynn es un thriller apasionante que retrata las complicadas relaciones entre hermanas, madres e hijas, así como la sutil violencia que las envuelve. Heridas abiertas y Perdida consagran a Gillian Flynn como la nueva maestra del thriller psicológico.

Lo que no tiene nombre, de Piedad Bonnett (Alfaguara)
El último libro de la poeta y escritora colombiana Piedad Bonnett es una extensa confesión personal, en donde recorre, revive e hilvana los recuerdos que guarda sobre su hijo Daniel. Retrocede a cada uno de esos momentos para atisbar algún gesto o mirada no percibida. Buscando respuestas, reviviendo escenarios, indagando en la niebla desolada de su mente y escribiendo, solamente como una forma de mantenerlo vivo.
«El dolor de la madre es aquí, por desgracia y también por milagro, tan infinito como el oficio de la escritora. Su doliente serenidad para nombrar lo innombrable, para narrar la peor de las pérdidas, provoca una admiración que es, a partes iguales, de índole personal y estética. «El pensamiento no se acalla», leemos. Tampoco la literatura, capaz de llegar allí donde la vida nos silencia. Lúcida ante cada palabra que pronuncia en estas páginas de terrible belleza, ante la delicadeza de su herida, Piedad Bonnett nos incorpora conmovedoramente a su familia.» Andrés Neuman.
«Un testimonio demoledor del hecho más doloroso que una mujer puede imaginar para su vida, escrito con la pluma pesada y pudorosa que sólo puede tener quien se sabe vencida por los demonios pero aún nos mira desde los ojos de sus ángeles. Me da terror y me angustia sentir que este libro es bello, pero eso es: un libro de una belleza notable, ahogada y triste, muda de música, pero tan real como la vida misma.» Pablo Ramos.

Cuentos en transito, Antología de narrativa brasileña (Alfaguara)
Este libro no nació en solitario, sino del intercambio entre dos actores fundamentales de la literatura del continente: Cuentos en tránsito. Antología de narrativa brasileña ve la luz en Buenos Aires al mismo tiempo que Alfaguara de Brasil publica Contos em trânsito. Antologia da narrativa argentina.
Gesto de asentimiento mutuo y de recíproca traducción, espejo en el que cada tradición se contempla en otros colores, otro idioma, otras sensibilidades, esta doble publicación celebra una hermandad y da cuenta de una riqueza conformada por singularidades notables.
De las voces de catorce autores brasileños nacidos entre 1936 y 1982, surge una amplitud de preocupaciones, de miradas, de sentidos del humor y la tragedia, de visiones de género y cortes generacionales, de coordenadas políticas y sensibles, de musicalidades y estrategias narrativas. Cuentos en tránsito lleva al lector en viaje al Brasil más profundo, aquel que sólo se alcanza con el placer de la lectura.

Una historia de la lectura, de Alberto Manguel (Siglo XXI)
Una historia de la lectura recorre seis mil años de palabra escrita, desde las tablillas de arcilla del cuarto milenio a. C. hasta los libros impresos y los formatos digitales. En esta guía exquisita, Manguel retrata a lectores de todos los tipos y todos los tiempos (como Aristóteles o Borges, Virgilio o Dickens), sus hábitos y gustos, y nos conduce por las librerías del mundo, las cualidades de cada edición, las bibliotecas célebres y las desconocidas.
Así, Manguel demuestra que el deseo de leer puede ser felizmente analizado. Sin duda, una obra clásica y fascinante para curiosos y amantes de los libros.

Ciencias exactas, naturales y ridículas, de cómo los científicos pueden hacer descubrimientos inesperados, profundos, increíbles... e inútiles, de Édouard Launet (Siglo XXI)
Cada vez que la ciencia llega a las páginas de los diarios, aparece el típico encabezamiento "Un grupo de científicos de la prestigiosa universidad de...", seguido de una noticia inesperada, extraña o incluso ridícula. A veces da la impresión de que la ciencia está en manos de una banda de inescrupulosos que se meten en cosas raras mientras escriben complicadas fórmulas en algún pizarrón.
Es cierto que los diarios y las revistas cargan las tintas con "efectos especiales", pero también que los científicos suelen ocuparse de temas muy sorprendentes: ¿puede alguien suicidarse con ocho disparos? ¿Existen ovejas que dan lana que no se encoge durante el lavado? ¿Una paloma es capaz de distinguir un Monet de un Picasso? ¿Las gallinas ponen más huevos si escuchan a Pink Floyd? ¿Qué hay más: estrellas en el cielo o granos de arena en la Tierra? ¿Cómo han evolucionado las medidas de las conejitas de Playboy ? ¿Los zurdos viven menos que los diestros?

Dios se fue a almorzar, de Ferréz (Corregidor)
La nueva novela de este escritor, autor del reconocido Manual práctico del odio, nacido en un barrio de los suburbios de la ciudad de San Pablo, genera una profunda extrañeza. Mientras que en sus escritos anteriores el autor se posicionaba como un "escritor marginal", en esta novela se propone contar, en cambio, la historia de Calixto, un personaje de clase media que se encuentra inmerso en un profundo drama personal.
Dios se fue a almorzar es la historia de un hombre que abandonó a su familia al tiempo que fue abandonado por Dios, pero no para actuar y transformar esa realidad, sino para hundirse en un letargo y un aislamiento, atravesado por algunos encuentros fugaces que lo descolocan aún más y demuestran, en una crítica feroz a la clase media, que las personas muchas veces piensan que tienen el control de sus vidas, pero en verdad, no lo tienen.

Los países invisibles, de Eduardo Lalo (Corregidor)
Eduardo Lalo emprende en este libro un periplo narrativo y filosófico por Europa. Con un discurso híbrido que acomoda con agilidad el diario de viajes, la crónica narrativa y la tradición filosófica de los cínicos de la Antigüedad, el autor aquilata una visión excéntrica que emprende una contraconquista conceptual de Occidente.
Así, "escribir desde la invisibilidad", "escribir desde el lado oscuro de la geografía" potencia con lucidez una visión única de Occidente, ese Otro cuya miopía le impide reconocer "la ficción de su invención, de sus leyes y de su grandilocuencia".
Lalo fragua en Los países invisibles nuevas posibilidades discursivas para que sujetos y comunidades invisibles de todo el mundo hagan de sus geografías "periféricas" un destino cultural, libre de las imposturas simbólicas del Occidente geopolítico.

Room service, de Sergio Marchi (Planeta)
Mucho es lo que se ha escrito y se ha dicho sobre esta verdadera factoría de desmanes que son los rockeros entregados al desenfreno. Sin embargo, entre el mito que hace posible lo imposible y el día a día de un músico que se entrega sin reparos a las multitudes hay una zona en la que "pasa lo que pasa" y nada más.
Y es ahí, en terreno seguro, que se planta Sergio Marchi con este libro en el que trabajó durante quince años para dar con las mejores anécdotas de la vida disipada de las estrellas de rock. Historias que no se quedan nada más que en el gesto hueco y superficial del "sexo, drogas y rock & roll", sino que bucean en aguas más profundas: van desde el magnífico estallido de una supernova en su mejor momento hasta el languidecer triste de los que pierden su brillo en plena decadencia.
Por eso, por las páginas de Room Service desfilan personajes tan disímiles como Keith Moon, Nick Drake, Freddie Mercury, Sid Barrett, Elliot Smith, David Bowie, John Lennon, Lou Reed, Keith Richards, Ozzy Osbourne, Daniel Melero, las -infaltables- groupies, Kurt Cobain, Charly García y Elvis Presley, entre muchos otros. Una larga lista de personajes que hacen de su vida un escenario y que están dispuestos a ser parte de un circo que más de una vez es una verdadera exhibición de atrocidades. Bienvenidos a la jungla.

Obreros de los bits, Conocimiento, trabajo y tecnologías digitales, de Mariano Zukerfeld (UNQE)
¿Qué tienen en común un programador de software, un teleoperador de un call center, un agente de bolsa, un investigador en ciencias sociales y un músico sesionista? Se trata de ejemplos de trabajo informacional: actividades que tienen como principal resultado flujos y stocks de información digital y cuyos principales medios de trabajo son diversas clases de tecnologías digitales. Este libro ofrece una teorización empíricamente fundada y sistemática de las penas y las glorias de estos Obreros de los bits.
El libro analiza las particularidades de estas actividades laborales en relación con la propiedad intelectual, la organización de los procesos productivos, las diversas clases de educación, los mecanismos de poder y la sindicalización. Y lo hace respaldado tanto por materiales estadísticos como por trabajos de campo con programadores de software, músicos y teleoperadores de call centers.
Obreros de los bits, en su intento de ir más allá de los relatos optimistas asociados a la idea de la llamada "sociedad del conocimiento", descubre un heterogéneo purgatorio, allí donde aquellos relatos veían un paraíso digital. Así, este libro contribuye a poner sobre la mesa de los actores políticos, sindicales, educativos y, ciertamente, académicos, el debate urgente respecto de las instituciones que el trabajo informacional requiere.

Historia de la Tierra y los Lugares Legendarios, Edición a cargo de Umberto Eco (Lumen)
Desde los poemas de Homero hasta la ciencia ficción, desde las Sagradas Escrituras hasta los cómics, pasando por Los viajes de Gulliver y Alicia en el país de las maravillas, la literatura a lo largo de los siglos ha ido creando lugares imaginarios cargados de leyenda donde depositar los deseos, sueños , utopías y pesadillas que no cabían en nuestra pobre y limitada realidad.
Después del éxito de Historia de la belleza e Historia de la fealdad, Umberto Eco nos propone un viaje ilustrado que recorre estas tierras distantes y desconocidas, mostrandonos las pasiones y los odios de sus habitantes, pero sobre todo remarcando la importancia que estos seres improbables tienen para nuestro imaginario. Un viaje que es al mismo tiempo erudito y ameno, muy al estilo de lo que Eco suele ofrecer a sus lectores; un itinerario donde el cine se encuentra con la poesía y los textos medievales se codean con las viñetas.

Hotel Atlántico, de Joao Gilberto Noll (Adriana Hidalgo)
En esta asombrosa novela João Gilberto Noll lleva a su protagonista a Londres en un viaje cuyos motivos se pierden por el camino: desde su llegada al aeropuerto, la estadía británica se convierte en un fin en sí mismo y la historia se centra en la extraña y sorprendente mutación del viajero, que comienza a vivir otra vida.
La naturaleza radical de la metamorfosis que aquí se narra coloca a este texto en la tradición de la literatura de Musil y de Beckett. En el marco de los contrastes londinenses –que van de la exquisitez a la abyección y el crimen–, la novela construye una historia inquietante, hasta llegar a un clímax absolutamente perturbador, que oscila entre la fantasmagoría y la meditación más contemporáneas.

Mis documentos, de Alejandro Zambra (ANAGRAMA)
«Mi padre era un computador y mi madre una máquina de escribir», apunta Alejandro Zambra en las primeras páginas de este libro de relatos, que bien puede leerse como una novela, o como once breves novelas archivadas en la carpeta Mis documentos.
A veces parece que hablara un mismo personaje, trasunto del autor, que recuerda sus desventuras como estudiante y como profesor, o que registra su malhumorado intento de superar el tabaquismo («Qué cosa más absurda, realmente: querer vivir más. Como si fuera, por ejemplo, feliz»). Pero la ilusión de una vida propia, fomentada por la famosa carpeta de Windows, se rompe pronto: los documentos de uno son, en el fondo, los documentos de todos, parece decirnos Zambra, en especial si se habita un país que necesita indagar en el pasado.
Con el fino sentido de la ironía y la precisión que ya le conocemos, con humor y melancolía, con espíritu paródico, con aliento lírico y a veces con rabia, Alejandro Zambra traza la anodina existencia de unos hombres que se repliegan en una idea antigua de la masculinidad, o el tránsito de unos seres pendulares que apuestan sus últimas fichas al amor. La incesante búsqueda del padre, la obsolescencia de objetos y de sentimientos que parecían eternos, el desencanto de los jóvenes de la transición («La adolescencia era verdadera. La democracia no»), la impostura como única forma de arraigo, y la legitimidad del dolor, son algunos de los temas que cruzan este libro.













