Escritores de Sur, Los inicios literarios de José Bianco y Silvina Ocampo, de Judith Podlubne (Beatriz Viterbo)
Sobre el libro, por Nora Avaro
"Ciertos lazos belicosos entre los escritores de Sur, aquellos donde el grupo pulsa sus divergencias y sostiene potencialmente sus tensiones domésticas pero sin llegar a desarmarse en individualidades que revocarían sus alcances en la historia literaria nacional, son el asunto primero de este libro. Pero no se trata aquí de rendir ningún tributo institucional o de contextualizar las obras de los colaboradores ilustres de la revista -por caso, las hermanas Ocampo, Eduardo Mallea, José Bianco, Adolfo Bioy Casares-, todos ellos sobre un nítido y persistente fondo borgeano, sino, muy al contrario, de cuestionar la tersura de ese fondo, quitarle transparencia, devolverle sus tracciones barrocas, trabajar contra los empates y lisuras, reponer cada vez los desniveles para volver único, como sin dudas lo fue, cualquier suceso literario, aun aquellos que, tradicionalmente interpretados como síntomas culturales, hacen centro en las generales de la ley Sur.
Desfilan entonces ante la agudísima atención ensayística de Judith Podlubne las pugnas entre el humanismo y el formalismo propias de la época gloriosa de la revista en un relato impecable de sus escenas literarias más célebres: la batalla de Borges contra Ortega y Gasset como un avatar cacofónico de sus asaltos contra Mallea, el desagravio que Sur le propina a Borges en 1942, y el selecto debate interno sobre moral y literatura que Victoria Ocampo organiza en Mar del Plata en 1945.
Tres momentos que Podlubne vuelve cifras no sólo para ajustar hoy, en plena sagacidad posborgeana, la línea borgeana de Sur, sino también para tratar, desde sus inicios contrastantes, las literaturas de José Bianco y Silvina Ocampo. La de Bianco, centrípeta, pagando, incluso en su destreza, el arancel espiritualista de Sur; la de Ocampo, evasora y centrífuga, fugada de cualquier moral impositiva a fuerza de excepción e impersonalidad. Dos rasgos que, sabia y rigurosamente conjugados en este libro portentoso, abren la lectura de Podlubne hacia la imaginación crítica."
Poco después del asesinato de John F. Kennedy, con los Estados Unidos de luto y en un ambiente de fuerte conmoción internacional, Jacqueline Kennedy encontró la fortaleza necesaria para dejar de lado su dolor y contribuir a mantener vivo el legado de su marido. En enero de 1964 ella y su cuñado, Robert F. Kennedy, aprobaron un proyecto de historia oral que recogiera los acontecimientos más reseñables de la presidencia de Kennedy como ejemplo para las futuras generaciones.
A principios de marzo la que fuera primera dama de los Estados Unidos se sentó junto al historiador y premio Pulitzer, Arthur Schlesinger, Jr., para hablar de las aspiraciones políticas de Kennedy, los primeros años de casados, los hábitos de lectura de JFK, su carácter, sus héroes de infancia, la vida en la Casa Blanca, la revolución cubana o los sucesos de Bahía Cochinos, entre otros muchos temas. Aquellas cintas fueron grabadas y la información que contenían nunca se publicó. Hoy, 50 años después, y gracias al impulso de su hija Caroline, salen a la luz.
Jacqueline Kennedy. Conversaciones históricas sobre mi vida con John F. Kennedy es una obra de historia oral -complementada con fotografías personales e inéditas- que da voz a uno de los testigos cruciales de aquel tiempo, una mujer que por desgracia ha estado ausente en todos los libros que se han escrito sobre John F. Kennedy hasta el momento. Ahora le toca hablar a ella, a Jacqueline Kennedy. La mañana de su muerte, el 19 de mayo de 1994, The New York Times destacaba el silencio que siempre guardó sobre su pasado; es más, sus años junto a Kennedy y su matrimonio fueron siempre un misterio. Estas conversaciones son un documento magistral, una lección de historia y una confesión íntima que suponen el final del silencio.
Concedidas en la primavera de 1964 y depositadas intencionadamente en la biblioteca museo John F. Kennedy, estas conversaciones grabadas entre Jacqueline Kennedy y el historiador Arthur Schlesinger, Jr. forman parte de un proyecto de historia oral que tenía como objetivo mantener la gestión de JFK y su memoria vivas después de su muerte. La información que contienen fue estrictamente guardada a petición expresa de la viuda de Kennedy. En el 50º aniversario de la presidencia de JFK, su hija Caroline Kennedy, editora y prologuista de este libro, ha trabajado junto a su marido Michael Beschloss, que ha contribuido a la edición con unas notas que sitúan los personajes y los acontecimientos más representativos, para la publicación de esta obra con la que quieren contribuir a la historia.
En un bar de Palermo, una Banda Independiente toca hitos que resultan irreconocibles, cuando el tecladista interrumpe todo para pedir una cerveza; gratis, aclara. Durante los cuarenta segundos en que el tipo toma del pico sin respirar, mientras se cuelga de Labiosuelto, estrella el mentón contra el piso y el público silba, Styrax no deja de autopreguntarse si ese sujeto podría ser o no lo que está buscando, mmm…, ¿un tecladista de 30 años? Difícil.
Después de tomar apuntes, redactar notas, reversionar fragmentos tratando de dar con el formato ideal, Styrax está listo para realizar aquello con lo que estuvo fantaseando tanto tiempo: "secuestrar" (a falta de un mejor término, dice) a un Esclarecido. Solo le quedan por resolver dos problemas: con quién hacerlo y encontrar el ejemplar adecuado.
En medio de reflexiones históricas, peripecias y "análisis de conciencia", un profesor de bajo, una peluquera, un dentista y un motoquero un poco estrafalarios conspiran para someter a un "hijito de esclarecido" a un peculiar proceso de conversión ideológica, en un viaje que los lleva de las sucias calles de Liniers a una otoñal y ventosa Necochea.
Una novela hilarante que exuda contemporaneidad y combina extraordinariamente una mirada política desafiante con una prosa afilada e ingeniosa.
Sobre el libro, por Rodolfo Terragno
Estuve en la cuarta parte de las redacciones en que trabajó Carlos Ulanovsky incluídos los seis felices años que compartimos en la sección ‘Opinión’ del diario Clarín, pero su libro me hizo revivir las delicias y dilemas de esta profesión desde aquella década del ‘60 en que todos partimos rumbo a lo desconocido.
Sobre el libro, por Jorge Halperín.
Carlos Ulanovsky nos lleva de paseo por los últimos cincuenta años del periodismo argentino. Y, como los grandes maestros de las redacciones, enseña y advierte, encanta y revela. Una lectura obligada para quienes llegamos después.
Sobre el libro, por Javier Sinay.
En estas memorias se mezclan, como en todos sus escritos, el lenguaje coloquial, las metáforas precisas, la autocrítica, los recuerdos amargos, la sensibilidad, la admiración, el cariño, la confidencia y, sobre todo, la generosidad. Carlos cumplió. Vivió (y vivirá) cada tramo de su existencia con esa nostalgia anticipada que le hace poner en primer plano, siempre, lo valioso y lo entrañable.
Aunque trabajan en la misma librería, no es mucho el contacto cotidiano que tienen Luciano y Sofía. Sí comparten algunas cosas que los hermanan: viven entre libros, ambos quieren escribir y a los dos el amor les duele. No demasiado, pero lo suficiente como para querer contarlo. Luciano, desde cierto despecho que lo lleva a estar cerca de una rabia que bien podría llamarse Celeste; Sofía, enamorada de la madre de su mejor amiga, opta por el rencor murmurado como conjura frente al desengaño. Cada uno por su lado, cada uno con su tono, pero ambos con el latido de un mismo corazón que pide, siempre, un poco más.
Lejos de la languidez y la apatía narrativa -tan de moda por estos días-, cerca de una idea más orgánica y vital de la literatura, Andrea Stefanoni y Luis Mey componen en Tiene que ver con la furia una suite urbana del amor. Una novela escrita a cuatro manos pero con un pulso único, indómito y arrebatado.
Sobre el libro, por Alberto Giordano
"¿Qué sentido tiene llevar un diario para quien lo escribe, es decir, para alguien que de todos modos escribe muchísimo, porque su profesión es escribir?" (Elias Canetti). La principal estrategia crítica de la que eché mano en los últimos años para ensayar lecturas de diarios de escritores consistió en mantener abierta esta pregunta, activos el asombro y la curiosidad que alientan su enunciación. ¿Qué acciones y qué pasiones despierta la práctica del diario cuando la sostiene alguien que "escribe muchísimo"?
Más que lo específico de un género en el contexto de las llamadas "escrituras del yo", me interesa la figura del diarista como alguien, o algo, que el ejercicio de la notación incidental va componiendo, hasta darle la consistencia de un carácter, mientras secretamente lo deshace en el flujo misterioso de lo impersonal, cuando sus actos cobran, para el que lee, valor de gesto.
Por diario de escritor entiendo, cuando salto de la evidencia empírica a la arrogancia conceptual, un diario que, sin renunciar al registro de lo privado o lo íntimo, expone el encuentro de notación y vida desde una perspectiva literaria y desde esa perspectiva se interroga por el valor y la eficacia del hábito (¿disciplina, pasión, manía?) de anotar algo en cada jornada.
Aunque por lo general la sitúen en el borde externo de los márgenes que delimitan su actividad, la práctica del diario plantea a los escritores problemas específicos de técnica literaria, ligados a la conciencia que han adquirido de los poderes y los límites del lenguaje cuando se propone representar o capturar de algún modo fragmentos de vida, como así también les plantea cuestiones más mundanas, ligadas a las posibilidades o los riesgos de la autofiguración (¿a través de qué imagen se lo reconocerá, la de un egotista impenitente, la de una moralista o la de un experimentador -según la trillada metáfora del diario como laboratorio?).
Cuando hablo de perspectiva literaria, pienso entonces, a la vez, en exigencias institucionales determinadas históricamente, y en los requerimientos del deseo de literatura (deseo de un encuentro inmediato entre vida y escritura) que liga secretamente al escritor con su obra.
Se usa la memoria colectiva para legitimar el poder. La nación argentina se convierte en un monstruo dormido que sueña la voluntad de los que mandan. Segrega palabras que le dan una identidad. Las necesita para no perderse, para sentirse dueña de un destino, depositaria de alguna misión. Un filósofo se dedica a ‘desrelatar’, a ‘contraopinar, a no creer en lo que él mismo piensa, sostiene en estas páginas Tomás Abraham.
La conversión de un pensamiento en una creencia es igual a un procedimiento de momificación. Pensar es como respirar, la falta de aire lo acaba, lo esteriliza, lo aplasta. Y los voceros del saber y del poder instituyente no sólo quieren que creamos, sino que lleguemos a la cumbre de la creencia: la adoración. La sociedad argentina dicen que volvió a creer. Sacrificio. Víctima. Mártir. Enemigo. Hereje. Mito.
Estas son las palabras y las imágenes en las que se basa el relato. El kirchnerismo no sólo gobierna por la recuperación económica sino por una cuestión de fe, en esto se diferencia del menemismo, arriesga el autor. Abraham discute con lucidez y valentía este sistema de creencias. Por eso, los fragmentos reunidos en este libro se organizan como un contrarrelato: no son su negativo, sino la palabra de lo que aquel relato silencia y los actos que preanuncia.
La poesía de Juan Gelman se sitúa en el límite de la lengua española. Crea un lenguaje común, argentino, comunitario, que no elude, según Raúl González Tuñón, "el lujo de la fantasía", los neologismos, los giros barriales, la combatividad de los eslóganes políticos, el tono elegíaco, la expresión fraternal y el uso amoroso, inesperado, de la gramática. Además, sus obras han formado, como parte del proceso creativo, a generaciones de lectores, escritores y poetas de América Latina en un arco temporal que ya atraviesa dos siglos.
"Premiar el mester de poesía -sostuvo el autor de Cólera Buey y País que fue será , entre otros títulos, al recibir el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana-, esa Cenicienta de la literatura que apenas ocupa rinconcitos en los catálogos de las grandes editoriales, es un acto casi heroico. Va a contramano de estos tiempos y a favor de la historia. La poesía viene del fondo de los siglos y ninguna catástrofe natural o de mano de hombre ha podido cortar su hilo poderoso. Es un hilo que nos une a todos y sólo se acabará cuando se acabe el mundo."
Juan Gelman (Buenos Aires, 1930) ha obtenido el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (2000), el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2005), el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2005) y el Premio Cervantes (2007). Actualmente reside en México.
Se completa la colección de Cartas de Julio Cortázar, Nueva edición corregida y aumentada
La correspondencia -novela de formación, crónica en primera persona y diario íntimo - de uno de los más grandes escritores del siglo XX.
Julio Cortázar nació accidentalmente en Bruselas en 1914. Es uno de los escritores argentinos más importantes de todos los tiempos. Realizó estudios de Letras y de Magisterio y trabajó como docente en varias ciudades del interior de la Argentina. En 1951 fijó su residencia definitiva en París, desde donde desarrolló una obra literaria única dentro de la lengua castellana. Algunos de sus cuentos se encuentran entre los más perfectos del género. Su novela Rayuela conmocionó el panorama cultural de su tiempo y marcó un hito insoslayable dentro de la narrativa contemporánea. Murió en París en 1984.
Por su insatisfacción frente al dominio de la burguesía, Baudelaire logró expresar más de su época que lo enunciado por cualquier otra creación literaria de temática social, pero fueron necesarias las interpretaciones de Walter Benjamin -?señala Rolf Tiedemann-?, para descubrir en el poeta al historiador oculto de aquello en lo que se convertirían, bajo el capitalismo, los proveedores de la fuerza de trabajo.
El libro Charles Baudelaire. Un poeta lírico en la era del auge del capitalismo, proyectado inicialmente en el marco del Libro de los pasajes, al igual que este, quedó inconcluso. Este volumen reúne los textos centrales de ese legado: "El París del Segundo Imperio en Baudelaire" y "Sobre algunos temas en Baudelaire", pensados como capítulos pero que constituyen en sí trabajos cerrados, y "Zentralpark", que recopila fragmentos y notas que permiten un examen acabado del fundamento filosófico de los dos primeros. Además, se incluye el exposé "París capital del siglo XIX", borrador en el que Benjamin expone sucintamente el marco temático del Libro de los pasajes, y el prólogo de Tiedemann a los tres primeros textos en la edición alemana de 1974.
Este libro es, sin dudas, el abordaje más completo a las reflexiones de Benjamin en torno a Baudelaire y las relaciones entre poesía y capitalismo.
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