Cada temporada tiene su encanto en Puerto Madryn. Las vacaciones de invierno, por ejemplo, coinciden con la llegada de la ballena Franca Austral a las costas de Chubut, donde se aparean, dan a luz y enseñan a nadar a sus crías. Hay muchas formas de acercarse para verlas y compartir un rato con ellas: desde la playa en Madryn o en El Doradillo (área natural protegida de acceso gratuito, ubicada a 18 kilómetros de Madryn y de acceso gratuito), en los avistajes embarcados que salen de Puerto Pirámides, o en el semisumergible Yellow Submarine, que cuenta con ventanas bajo el nivel del agua e hidrófonos para poder escucharlas.

El Doradillo.

Si bien el snorkeling y el buceo con lobos marinos se pueden hacer durante todo el año en Puerto Madryn, en invierno los lobos aún son cachorros y juegan con los nadadores. Siempre con la marea alta, la lancha navega unos veinte minutos hasta la reserva Punta Loma y se fondea a una distancia prudente. Ahí toca lanzarse al agua y esperar, porque son los lobos los que se acercan curiosos, y no al revés. Expertos en la materia aseguran que ésta es una de las experiencias más genuinas, inolvidables y de contacto real con la naturaleza marina.

Algunos otros puntos turísticos a visitar cercanos a Puerto Madryn son la Isla de los Pájaros, Punta Delgada, Caleta Valdés y Punta Norte. Madryn, en tanto, cuenta además con una amplia oferta científica-cultural, entre la que se destaca el centro de interpretación Ecocentro Pampa Azul, el Museo Municipal de Arte y el astroturismo, propuesta de turismo responsable, educativo e innovador, que combina la observación del cielo con actividades relacionadas con este recurso natural que son las estrellas y los fenómenos de la noche, potenciando el cielo nocturno: por las características únicas de la región patagónica, esta actividad es ideal.

Puerto Madryn y la gastronomía de mar.

La gastronomía es otro punto fuerte de la zona: en Madryn hay más de 70 restaurantes para todos los públicos y presupuestos. Paradores playeros, minutas al paso, cervecerías y pizzerías con interesantes propuestas gastronómicas, o restaurantes con menú por pasos. Madryn es mar, y su gastronomía lo refleja: pescados y mariscos (langostinos, mejillones, cholgas, navajas, ostras y vieiras, que se extraen artesanalmente por los pescadores locales) son las especialidades que más atraen a los turistas.

En cuanto al alojamiento, la ciudad cuenta con una amplia gama de opciones: desde alojamientos boutique y de categoría, hasta hostels, albergues y campings. Ya en Península Valdés se pueden encontrar alojamientos exclusivos, como lodges y estancias, que ofrecen una experiencia de hospedaje de lujo en entornos naturales. Todos los alojamientos habilitados en: https://madryn.travel/alojamiento/.

En definitiva, ¡Madryn tiene todo para que pases unas vacaciones de invierno inolvidables!