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La ciberseguridad se consolida como uno de los sectores con mayor dinamismo dentro del ecosistema tecnológico argentino. Según estimaciones de la consultora IDC, la inversión global en esta materia crece a tasas anuales de entre el 11% y el 15%, y la Argentina no es la excepción. Las organizaciones locales continúan destinando recursos a proteger sus infraestructuras, datos y operaciones.
"Independientemente de la performance económica local, la inversión en ciberseguridad continúa creciendo a doble dígito. Esto refleja la prioridad que las empresas dan hoy a la continuidad operativa, la protección de sus activos y el cumplimiento regulatorio. La confianza digital se ha convertido en un valor estratégico para cualquier organización", afirma Gonzalo García, vicepresidente de Ventas de Fortinet para Sudamérica.
La seguridad digital, parte del negocio
Durante años, la ciberseguridad fue percibida como un costo o una función técnica aislada. Ese paradigma cambió. Hoy, la seguridad digital forma parte del corazón de la estrategia empresarial.
García explica que "la ciberseguridad ocupa un rol central dentro de las agendas de los directorios, junto con la inteligencia artificial. Ambas disciplinas son habilitadoras del negocio: una garantiza la continuidad y la otra impulsa la eficiencia y la innovación".
Este cambio de visión responde a una realidad cada vez más compleja: los ciberataques son más frecuentes y más sofisticados. En el último año, diversas empresas de servicios, energía, banca y retail en la región sufrieron incidentes que afectaron su operación.
"Ya no alcanza con prevenir; es esencial poder identificar rápidamente una intrusión y actuar de inmediato", advierte García.
Para las compañías, eso implica invertir en tecnología, procesos y capital humano. La capacidad de detección y respuesta, junto con la automatización de tareas, son claves para reducir tiempos de reacción y compensar la falta de talento especializado, una problemática global que también afecta a la región.
Un país con talento de clase mundial
Si bien la inversión local en tecnología puede ser más moderada que en otros mercados, Argentina se destaca por un activo que marca la diferencia: su talento.
"El país cuenta con profesionales de clase mundial en servicios de ciberseguridad, lo que le permite lograr una mayor eficiencia con menor presupuesto", sostiene García.
Ese diferencial humano se traduce en innovación, adaptabilidad y un enfoque pragmático frente a las amenazas. Fortinet, uno de los principales actores del sector a nivel global, trabaja con una amplia red de expertos locales.
"Tenemos equipos en Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza, y el interior ya representa más del 20% de nuestro negocio total en el país", detalla el ejecutivo.
La empresa, que cumple 25 años en el mercado, combina tecnología, experiencia y cercanía. Su plataforma integrada abarca red, nube, aplicaciones, endpoints y entornos industriales, e incorpora telemetría y automatización para reducir la complejidad operativa.
Además, Fortinet ofrece servicios de soporte, capacitación y certificación a través de una red sólida de canales locales y especialistas regionales.
Tendencias que marcan el futuro
El escenario global de la ciberseguridad evoluciona con rapidez. La consolidación de plataformas, la protección de entornos industriales (OT e IoT), y los modelos de seguridad basados en identidad y datos son algunas de las tendencias que marcarán los próximos años. A ellas se suma el avance de la inteligencia artificial, que juega un rol dual: potencia las capacidades defensivas, pero también es utilizada por los atacantes para sofisticar sus estrategias.
"Veremos un crecimiento sostenido de modelos como SASE y Zero Trust, que permiten gestionar entornos híbridos con mayores niveles de seguridad y trazabilidad. El desafío será combinar tecnología y procesos maduros, con equipos capacitados para responder ante incidentes cada vez más complejos", proyecta García.
De la reacción a la resiliencia
Para alcanzar una ciberseguridad realmente sólida, las empresas deben adoptar una mirada integral. El primer paso, según Fortinet, es realizar un diagnóstico preciso de los riesgos.
"Hay que saber qué se debe proteger, qué controles existen y cuáles faltan", resume García. Desde allí, se construye un plan que prioriza la segmentación de redes, la gestión de identidades, la visibilidad completa del entorno y la capacidad de respuesta.
La resiliencia digital, sostiene el ejecutivo, no se alcanza con una sola inversión puntual, sino con una estrategia continua de mejora y medición. En un contexto donde la transformación digital es irreversible, la seguridad deja de ser un complemento para convertirse en su condición de posibilidad.
"Hoy las empresas entienden que no hay transformación digital sin seguridad digital. Ese entendimiento explica por qué, incluso en tiempos difíciles, la ciberseguridad sigue siendo una de las pocas áreas que no se detienen", concluye García.
