Misiones se expresa entre paisajes plagados de vida natural, ríos surcando la espesura para precipitarse en vistosas caídas de agua, profusa vegetación y aves que aportan la armonía perfecta a los murmullos de la selva. En todo este entorno no son pocos los lugares que invitan a comulgar con la paz y la naturaleza. A modo de brújula, bien puede considerarse el rumbo trazado por dos lugares poco conocidos de esta provincia: por un lado el Parque Temático de la Cruz, que abre senderos y servicios en pleno monte misionero, y por otro el Parque Termas de la Selva, donde la clave es la combinación entre el relax y los beneficios saludables que ofrecen las aguas termales.
Panorámicas delmonte
El Parque Temático de la Cruz se encuentra sobre el cerro Santa Ana, cerca de la localidad homónima, que dista 45 kilómetros de la capital misionera, Posadas. Abarca un predio de 57,5 hectáreas de monte nativo, entre saltos de agua, aves y miradores naturales con distintos recorridos a través de senderos.
El acceso, sobre el sector sureste del cerro, tiene estacionamiento y un edificio donde se brinda información y orientación. A partir de allí es posible tomar el camino de ascenso hasta el sector superior con los medios de transporte del parque o, para los más aventurados, iniciar una travesía a pie siguiendo un circuito que atraviesa distintos arroyos y dos miradores donde sacar la cámara de fotos se hace inevitable.
En la cumbre se levanta la denominada "Cruz de la Selva", una estructura de hierro de 82 metros que permite acceder a una postal desde unos 400 metros de altura sobre el nivel del mar. El edificio base de la cruz da lugar a un anfiteatro y, a pocos pasos, puede visitarse el primer Mariposario de la provincia y el Orquideario con coloridos ejemplares de la flora autóctona. Un salón de eventos y un restaurante completan esta infraestructura que se integra a una plaza central.
Termas de la selva
Desde Posadas, tras pasar por Santa Ana y tomar la Ruta Provincial 103, bastan unos 100 kilómetros de ruta para llegar a Oberá. El rumbo es marcado por la Ruta Nacional 14, que corre paralela al macizo serrano donde se dividen las aguas hacia los ríos Paraná y Uruguay.
Ubicada en el centro-sur de la provincia, Oberá -que en guaraní significa "la que brilla"- ofrece distintos paseos en un entorno que refleja la pujante actividad de los campos de té y yerba mate que se esparcen en los alrededores, contrastando con el peculiar tono rojizo de la tierra. Entre otros atractivos, en esta ciudad es conveniente tomarse un tiempo para observar las casi 70 especies de aves autóctonas del Jardín de los Pájaros.
Luego será interesante programar una jornada de relax. A minutos del centro de Oberá, y a escasos metros de la intersección entre la Ruta Nacional 14 y la Ruta Provincial 103, se alza el pórtico de acceso al Parque Termas de la Selva. Se trata de un complejo que brinda acceso a las saludables propiedades de las aguas termales que emergen del Acuífero Guaraní. Se despliega en un predio de aproximadamente ocho hectáreas con vegetación nativa y plantaciones de yerba mate, reflejando la belleza de la naturaleza regional.
La infraestructura de Termas de la Selva incluye tres piscinas de inmersión para hidroterapia a distintas temperaturas. El agua tiene naturalmente entre 35°C y 42°C, por lo que se la considera como "hipertermal", siendo recomendada para mejoramiento hormonal y afecciones óseas, además de ofrecer propiedades beneficiosas para la piel. Para combinar con el relax termal, una jornada en este parque da paso a distintas propuestas de recreación, incluyendo actividades físicas y caminatas por silenciosos senderos.
Hacia saltos y cascadas
A 9 kilómetros por ruta desde Oberá, otro sitio ineludible es el Complejo Turístico Salto Berrondo: una caída de agua de 15 metros sobre formaciones rocosas y una vegetación de ejemplares como guatambú, peteribí, tipa, canela blanca y negra, helechos y abundantes lianas. El sector superior tiene playas de estacionamiento y una pequeña confitería. Otra opción es recorrer 37 kilómetros desde la ciudad hasta el Cerro Mbororé, una zona de relieves abruptos y escalonados con numerosos cursos de agua y vistas panorámicas del río Uruguay y la costa del Brasil.
Por último valdrá la pena quizá prever otra escapada, de unos 60 kilómetros desde Oberá, hasta la localidad de Aristóbulo del Valle. Desde allí pocos minutos quedan para arribar al Salto Encantado, una catarata de 60 metros de alto en un lugar que cuenta con servicio de camping y bar. z we