Los paisajes cautivan, pero el mayor encanto de la provincia de Salta se encuentra en una particular conjunción que une raíces incaicas, tradiciones de pueblos originarios, un fuerte pasado colonial particularmente visible en la arquitectura y la particular idiosincrasia de sus habitantes, quienes han sabido conservar el folklore y las tradiciones rurales siempre presentes.
A su vez, sin duda, se trata de una provincia que invita a conocer sus costumbres y fiestas regionales, asociando retazos de su historia y su cultura con la majestuosidad de sus paisajes. Por esos motivos, considerando una eventual visita a estos lares durante las vacaciones, valdrá la pena agendar algunas de las propuestas más típicas del verano.
Fiestas regionales
El calendario comienza con la recepción del primer turista de la temporada, previsto para el 4 de enero en la ciudad de Salta. Esta recepción es realmente llamativa, pues cuenta con un gran despliegue organizado por el gobierno provincial con el apoyo de la municipalidad. La costumbre de agasajar al primer turista se ha extendido también a diferentes municipios salteños durante la primera semana de enero.
Los Valles Calchaquíes son el lugar preferido por los amantes del folklore y el buen vino, ya que en la zona se presentan los espectáculos de mayor envergadura de la provincia durante todo el verano.
Para comenzar se destaca el XIII Festival de la Trucha que se realizará el 4 y 5 de enero en La Poma, la tierra de Eulogia Tapia, la musa inspiradora del Cuchi Leguizamon para la famosa zamba La Pomeña. En La Poma además se pueden disfrutar de atractivos como Los Graneros, Puente del Diablo y el Campo Negro, un paisaje muy llamativo repleto de piedras volcánicas.
El fin de semana siguiente, en San Carlos, se desarrollará una nueva edición del Festival y Feria Artesanal de los Valles Calchaquíes, con una nutrida cartelera de artistas regionales.
En tanto, en Cachi se llevará a cabo el Festival de la Tradición Calchaquí, el 18 y 19 de enero. Esta fiesta se suma a la conmovedora belleza paisajística de Cachi, con sitios arqueológicos como La Paya y Las Pailas.
Sigue el XXVII Festival del Poncho, Doma y Folklore, que tendrá lugar entre el 25 y 26 de enero en Molinos, donde se destacan el Centro de Interpretación de Indalecio Gómez, la Reserva de Vicuñas y, a escasos 20 kilómetros de Molinos, la localidad de Colomé con los viñedos más antiguos del país.
En el mes de febrero se realizará el XXVIII Festival de la Vendimia en Animaná, el Festival de la Uva y el Vino Patero, en Angastaco, y las celebraciones por el Bicentenario de la Batalla de Salta. La excusa de visitar Cafayate y sus bodegas puede encontrarse entre el 21 y 23 de febrero, cuando se realizará la Serenata a Cafayate, entre otras tantas actividades.
Colores de carnaval
Los tradicionales corsos salteños también se encuentran entre las actividades previstas para la temporada veraniega. En el Valle de Lerma, la localidad de Cerrillo cobra movimiento con el Corso de las Flores. El carnaval también se vive de un modo especial en Orán y Tartagal, donde se realizan los Corsos Color a los que asisten bailarines de "pim pim", danza ancestral que otorga a los desfiles un carácter ritual y antropológico, además de la presencia de comparsas tradicionales. El Carnaval Puneño de San Antonio de los Cobres y Tolar Grande es otra de las opciones para disfrutar. Desde raíces que se extienden hasta la época incaica, allí las comparsas incluyen topada de comadres y concursos de copleros con caja.
Viñedos de altura
Cafayate, Angastaco, Animaná, San Carlos, Molinos y Cachi son algunas de las pintorescas poblaciones que se van hilando entre las formaciones rocosas de quebradas y cerros multicolores que caracterizan a los Valles Calchaquíes, esa amplia y peculiar región ubicada en el sudoeste de la provincia de Salta. Allí desde hace tiempo vienen cobrando vuelo propio los atractivos asociados a bodegas y viñedos. Puede hilarse un circuito de más de veinte bodegas, incluyendo desde pequeños establecimientos boutique hasta extensas plantaciones con producciones de gran escala. El recorrido recomendado parte de Salta capital y se encolumna hacia el sur tomando como epicentro a Cafayate, abriendo la opción de hacer el recorrido de regreso por Cachi.
Lo particular de los vinos salteños es que se desarrollan en altura. Cafayate está a 1600 metros sobre el nivel del mar y áreas como Tacuil y Molinos trepan a los 2600 metros. Bajo estas condiciones el torrontés se ha erigido como el más característico de la zona. Pero este vino blanco, de aroma intenso y frutado, también ha dejado lugar a otros varietales. Hay más de 1.800 hectáreas cultivadas entre los departamentos de Cafayate, San Carlos, Angastaco y Molinos, y las cepas tintas ya representan un 55 por ciento de la producción. z we