GINEBRA – El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Luis Figueiredo, partió de Ginebra este lunes hacia Estados Unidos, donde se reunirá el miércoles con la asesora jefe de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Susan Rice, para tratar el tema del espionaje americano sobre el país.

Figueiredo participó en el inicio de la primera reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) presidida por su nuevo director general, el brasileño Roberto Azevedo, pero dejó el encuentro para dirigirse al aeropuerto. El canciller pasará por Nueva York para resolver temas personales, y luego viajará a Washington.

Por el acuerdo al que llegaron la presidenta Dilma Rousseff y su par estadounidense Barack Obama la semana pasada, la Casa Blanca presentará medidas concretas en el caso de espionaje, para brindar las “condiciones políticas” que le permitan a la mandataria brasileña mantener su viaje a Washington en octubre.

Itamaraty se sumerge de esa manera nuevamente en el caso de espionaje. Hasta la semana pasada, Dilma había preferido enviar al ministro de Justicia y su jefe de Gabinete Militar a Estados Unidos para tratar de obtener informaciones adicionales sobre el asunto, sin resultados.

El viernes pasado, en San Petersburgo, Dilma había dicho que esperaba nuevas informaciones el final de semana sobe las acciones de espionaje. Fue lo que sucedió con la revelación de que la seguridad americana también puso la lupa sobre Petrobras.

Rousseff afirmó haber dicho a Obama que el espionaje afectó intereses económicos brasileños, la soberanía del país y derechos humanos y civiles, lo que resultaba aterrador partiendo de un país con la historia de Estados Unidos.

La presidenta afirmó haber condicionado su visita a ese país el próximo mes a que el gobierno de Obama tome medidas concretas contra el espionaje americano practicado “contra el gobierno, contra las embajadas, empresas y ciudadanos brasileños”.