Los salarios iniciales que se pagan en el mercado formal no son tan atractivos este año en Brasil. Con el enfriamiento en el ritmo de contrataciones y la inflación más alta, la diferencia entre la remuneración de los que ingresan al mercado laboral y los que salen, que venía en una larga y continua trayectoria de caída, avanzó a 7,3%, en promedio, en el segundo trimestre, el porcentaje más alto desde el último trimestre de 2010.
En los primeros tres meses de 2012, esa relación llegó a alcanzar 4,4%. Los cálculos fueron realizados, a pedido de Valor, por LCA Consultores, en base a datos del Registro General de Empleados y Desempleados (Rged).
Expertos dicen que una menor disparidad entre los rendimientos de contratados y despedidos indica una mayor fortaleza del mercado de trabajo. Sin embargo, es natural que haya alguna diferencia, porque los salarios de los recién contratados engloban a quienes están trabajando por primera vez y también a personas con experiencia que vuelven al mercado laboral, pero que pueden haber aceptado una remuneración inferior tras haber sido despedidas de un empleo anterior.
El año pasado, cuando la tasa de desempleo en las seis principales regiones metropolitanas de Brasil fue de 5,5%, el nivel más bajo de la medición histórica del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge) que se inició en 2002, los salarios de contratación fueron, en promedio, 6,7% inferiores a los que recibían quienes eran expulsados del mercado laboral.
Los economistas llegaron al consenso de que el aumento de esa diferencia este año es otro indicio de enfriamiento de los fundamentos del empleo. Sin embargo, persisten dudas sobre la hipótesis de que las empresas estarían intentando cortar costos a través de la sustitución de mano de obra cara por otra más barata.
Fabio Romao, de LCA, dice que la inflación más alta y el menor reajuste del salario mínimo este año, de 2,7% en términos reales (ante 7,5% en 2012), pesaron contra la remuneración de los ingresantes en el mercado formal, además del ritmo más débil de creación de nuevos puestos de trabajo. Romao observa que el salario promedio real para alguien que ingresa a un nuevo empleo subió 1% en junio, ante el mismo mes del año pasado, lo que marcó una fuerte desaceleración frente al avance de 6% registrado en junio de 2012. Con el crecimiento por debajo de lo previsto de la actividad, se esperaba que las empresas contrataran personas que recién entran al mercado de trabajo con salarios más modestos, dice el economista.