La tensión entre Estados Unidos y Venezuela está llegando a un punto de quiebre no visto desde la época de la Guerra Fría. El gobierno de Nicolás Maduro ya está en "alerta máxima" y las fuerzas armadas nacionales se están movilizando.
El escenario del potencial conflicto es el Caribe: la armada de EE. UU. mantiene el mayor despliegue naval y de Marines de los últimos años. Si bien se afirma oficialmente que el objetivo es combatir el narcotráfico y los carteles, en Venezuela se activo el ejército y ven con recelo los movimientos de EE.UU.
El régimen de Maduro, además, ahora cuenta con el respaldo estratégico de Rusia. Las fuerzas estadounidenses se enfrentan ahora a un adversario que ha sido entrenado y equipado por Moscú, y que ha lanzado una amenaza abierta de una "lucha armada" si se vulnera su territorio.
Estados Unidos reúne a sus militares en la zona como nunca: hay más soldados que durante la Guerra Fría
El Pentágono ha concentrado una formidable fuerza de asalto en la zona. Esta acumulación naval es considerada por los expertos como la más grande de su tipo en la región desde 1965.
Estados Unidos mantiene en la zona unos 10,000 soldados, con aproximadamente 2,200 Marines a bordo de buques de asalto anfibio. La flota está compuesta por ocho buques de guerra, un submarino y destructores con misiles guiados, además de contar con el apoyo aéreo de cazas F/A-18 Hornet, F-35 Lightning II y bombarderos estratégicos B-52 Stratofortress.
La misión oficial del ejército de Estados Unidos es combatir el tráfico de drogas ilícitas, como el fentanilo, que supuestamente fluyen hacia Estados Unidos a través de carteles como el del Tren de Aragua y el Cartel de los Soles. En este sentido, el Comando Sur de EE. UU. ha confirmado múltiples ataques letales contra supuestas lanchas de narcóticos, resultando en al menos 21 a 27 víctimas mortales en las últimas semanas.
El régimen de Maduro ha formalizado un "tratado de asociación estratégica" con Rusia en medio de la crisis, buscando garantizar apoyo militar y tecnológico. El ejército venezolano, que ya cuenta con equipos de origen ruso, ha puesto a sus unidades en alerta de combate total.
Las maniobras de Maduro para un posible combate con Estados Unidos
Aviones de combate F-16 venezolanos han realizado sobrevuelos "altamente provocadores" cerca de destructores de la Armada de EE. UU., llevando al expresidente Trump a ordenar el derribo de cualquier aeronave que represente una amenaza directa. Venezuela movilizó miles de efectivos y ha reforzado su presencia en zonas estratégicas. También se reforzó la fabricación de armamento local, incluyendo una planta para la producción de fusiles de asalto Kalashnikov con tecnología rusa.
Aunque la Casa Blanca enmarca sus acciones como una "guerra contra el narcoterrorismo", existen dudas sobre las verdaderas intenciones del despliegue militar.
Para el liderazgo venezolano, el despliegue es un "pretexto retórico" para justificar una intervención y forzar un cambio de régimen. El objetivo de fondo, sostienen, es apoderarse de las gigantescas reservas de petróleo y oro de Venezuela.