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Hace casi dos siglos, Abraham Lincoln lanzó una advertencia que hoy parece cumplirse. En 1838, con apenas 28 años, alertó sobre los peligros que amenazarían la estabilidad de la democracia estadounidense: la pérdida del respeto por las leyes, la división social y la manipulación de las pasiones políticas.

Su discurso, conocido como el Lyceum Address, anticipó con sorprendente claridad los riesgos de la polarización y el surgimiento de líderes dispuestos a socavar las instituciones desde dentro.

Lo que entonces fue visto como una reflexión filosófica hoy se interpreta como una profecía sobre el futuro político del país.

¿Qué advirtió Abraham Lincoln sobre la democracia estadounidense?

En su intervención, titulada "La perpetuación de nuestras instituciones políticas", Lincoln habló de un "mal presagio": el creciente desprecio por las leyes y la sustitución de la razón por la ira colectiva.

Temía que esa tendencia desembocara en una "espíritu mobocrático", donde las multitudes reemplazaran a la justicia.

También advirtió sobre el riesgo de los demagogos, a quienes describió como hombres ambiciosos capaces de usar el descontento del pueblo para destruir la república.

Su llamado fue claro: sin respeto por la ley y sin educación cívica, el sistema que los fundadores construyeron correría peligro.

Lincoln temía que esa tendencia desembocara en una "espíritu mobocrático", donde las multitudes reemplazaran a la justicia. Foto: Archivo.

¿Por qué las palabras de Lincoln parecen cumplirse hoy?

Lincoln predijo que el peligro vendría desde dentro, no del exterior. Afirmó que los "genios desmedidos" buscarían destruir las instituciones cuando ya no tuvieran nada nuevo que construir.

Su advertencia suena hoy más vigente que nunca, en un contexto de desconfianza, ataques a las instituciones y polarización política.

Su propuesta fue simple pero profunda: fortalecer la cultura cívica, enseñar el respeto por la ley y convertir la defensa de la Constitución en una verdadera "religión política". Solo así -según Lincoln- podría sobrevivir la democracia estadounidense ante sus propios excesos.

La lección de Lincoln sigue viva

Más de 180 años después, su mensaje conserva fuerza. Recordó que las democracias no se derrumban de golpe, sino que se erosionan lentamente. Por eso, su llamado a la unidad, al civismo y al respeto por las leyes continúa siendo una advertencia que atraviesa el tiempo.