La administración de Donald Trump impuso una política de tolerancia cero en el sistema migratorio de Estados Unidos. Es que su gestión se centró en endurecer las vías legales de ingreso al país, las condiciones de permanencia e inició un plan de deportaciones masivas.
En este contexto, las normativas del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) toman aún más relevancia y advierten a todos los inmigrantes que cometan una serie de errores por querer ser legales en Estados Unidos.
Atención inmigrantes: todos los que cometan alguno de estos errores dejarán de ser legales
El gobierno de Estados Unidos ha reforzado sus advertencias respecto al fraude migratorio, al señalar que todo extranjero que incurra en este tipo de prácticas quedará automáticamente inhabilitado para obtener o mantener cualquier estatus legal en el país.
La medida, que no es nueva pero que ahora se aplica con mayor rigor, apunta a preservar la integridad del sistema migratorio frente a intentos de manipulación o falsificación de información.
Las principales conductas que las autoridades de Estados Unidos consideran fraude migratorio son:
- Presentar documentos falsos (pasaportes, certificados de nacimiento, títulos académicos, registros laborales).
- Alterar o manipular documentos oficiales para aparentar validez o vigencia.
- Mentir u ocultar información en formularios migratorios o entrevistas (antecedentes penales, matrimonios previos, ingresos, entradas ilegales al país).
- Matrimonios fraudulentos o de conveniencia con ciudadanos o residentes permanentes para obtener la Green Card.
- Uso de identidades ajenas o documentos de otra persona para ingresar o permanecer en el país.
- Declaraciones falsas bajo juramento durante una cita en USCIS, procesos judiciales o entrevistas consulares.
- Manipular pruebas de residencia o empleo (contratos de alquiler falsificados, cartas laborales fraudulentas).
¿Cómo detectan estos errores de fraude?
Las autoridades destacan que la detección de fraude migratorio ocurre, con frecuencia, durante las citas y entrevistas migratorias, donde los oficiales realizan preguntas exhaustivas, cruzan información en bases de datos y verifican la autenticidad de los documentos. Incluso inconsistencias menores pueden derivar en la presunción de fraude y activar sanciones severas.