Desde su independencia, Estados Unidos realiza un censo de población cada diez años. Esta tradición, consagrada en la Constitución, incluye a todos los residentes del país sin importar su estatus migratorio. Sin embargo, el presidente Donald Trump expresó su intención de romper con esa norma histórica.
Durante el Censo 2020, su primera administración (2017-2021) intentó excluir a los inmigrantes indocumentados del conteo oficial. En consecuencia, el relevamiento termino por subcontar a la comunidad latina.
Ahora, su propuesta, calificada nuevamente como "inconstitucional", parece enmarcarse en una estrategia más amplia para reconfigurar la distribución de los distritos electorales.
Estados Unidos amenaza con eliminar el conteo de inmigrantes indocumentados
La propuesta de Trump para eliminar el conteo de personas indocumentadas excede los límites constitucionales de la presidencia. La autoridad para ordenar censos adicionales o modificar los criterios del conteo recae exclusivamente en el Congreso, que podría hacerlo mediante legislación ordinaria.
Sin embargo, estos censos intermedios son meramente estadísticos y sus resultados no se utilizan para redefinir distritos electorales.
El impacto de la nueva medida antiinmigratoria que quiere imponer Trump
Desde 1790, el censo decenal ha sido una constante incluso en momentos de crisis. Ni siquiera la pandemia de la covid-19 en 2020 impidió su realización.
La Constitución establece la frecuencia y los métodos del conteo, que tradicionalmente se realiza a través de visitas puerta a puerta, correo o teléfono. En 2020, por primera vez, también fue posible completarlo en línea.
El censo no solo determina la distribución de recursos federales para comunidades y programas públicos, sino que también define los distritos electorales y el número de representantes en el Congreso. Por eso, cualquier desviación en el conteo puede alterar el equilibrio político y tener consecuencias directas en elecciones locales, estatales o federales.
La guerra por los distritos electorales
El anuncio de Trump se da en un contexto de alta tensión política en Texas, donde legisladores demócratas intentan frenar un plan de redistribución de distritos impulsado por el gobierno republicano estatal.
Por este motivo, fue acusado de favorecer a los conservadores mediante prácticas de gerrymandering, una manipulación política de los mapas electorales para consolidar mayorías.
Con información de EFE