En distintas partes del mundo crece la búsqueda de alternativas al dólar estadounidense. La inestabilidad de la divisa norteamericana y su impacto en las economías llevó a varios países a explorar nuevas opciones para financiarse y proteger sus cuentas públicas.
Este fenómeno forma parte de un proceso conocido como desdolarización, en el que los gobiernos intentan reducir su dependencia del dólar y recurren a otras monedas para cerrar acuerdos internacionales. La pregunta clave ahora es: ¿qué divisa está ganando terreno frente al billete verde?
¿Qué moneda están eligiendo los países en lugar del dólar?
La opción que gana terreno es el yuan chino (RMB). En Kenia, funcionarios confirmaron que se negocia convertir deuda pactada en dólares hacia préstamos en yuanes, lo que permitiría reducir el interés "casi a la mitad", generando un ahorro considerable para las finanzas públicas.
Al mismo tiempo, Bank of China e ICBC otorgaron a la minera australiana Fortescue un préstamo sindicado por 14.200 millones de yuanes (unos USD 1.980 millones), considerado el mayor préstamo offshore en RMB a una empresa no china. Este movimiento se interpreta como parte de la estrategia de Beijing para internacionalizar su divisa y consolidarla como alternativa al dólar.
Ventajas de endeudarse en yuan
- Tasas de interés más bajas que en dólares.
- Mayor estabilidad frente a la volatilidad cambiaria.
- Respaldo financiero y político de Beijing.
¿Qué significa esta maniobra para Estados Unidos y la economía global?
El avance del yuan es un signo de que la hegemonía del dólar enfrenta nuevos desafíos. En lo que va de 2025, el dólar retrocede cerca de 10%, mientras que el yuan mostró avances de alrededor del 2% y alcanzó niveles de aproximadamente 7,14 por dólar, su mejor desempeño desde fines de 2024.
Este cambio refleja una tendencia más amplia:
- Menor demanda global del dólar, con impacto en su valor de referencia.
- Aceleración de la desdolarización, a medida que más países buscan alternativas.
- Fortalecimiento del yuan, aunque todavía limitado: hoy representa apenas 2,9% de los pagos globales vía SWIFT, muy por detrás del dólar y el euro.
En este escenario, Estados Unidos observa cómo la influencia de su moneda pierde terreno, mientras China aprovecha la coyuntura para expandir el alcance financiero de su divisa en el mundo.