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¿Qué es la tendinitis rotuliana?

¿Cuáles son los síntomas de la tendinitis rotuliana?

Los síntomas de la tendinitis rotuliana incluyen dolor localizado entre la rótula y el tendón que se conecta con la tibia. Inicialmente, el dolor puede aparecer solo al comenzar la actividad física o después de un ejercicio intenso. Con el tiempo, el dolor se intensifica y puede interferir en la práctica deportiva, así como en actividades diarias como subir escaleras o levantarse de una silla.

¿Cómo saber si una persona tiene tendinitis rotuliana?

El diagnóstico de la tendinitis rotuliana comienza con un examen físico en el que el médico presiona diferentes áreas de la rodilla para identificar la ubicación del dolor, que típicamente se siente en la parte frontal, justo debajo de la rótula. Esta evaluación inicial es crucial para determinar si el dolor está relacionado con la inflamación del tendón rotuliano.

Para confirmar el diagnóstico y descartar otras afecciones, el médico puede solicitar estudios de diagnóstico por imágenes. Las radiografías ayudan a descartar problemas óseos, mientras que la ecografía y la resonancia magnética proporcionan imágenes más detalladas del tendón, permitiendo identificar desgarros o cambios sutiles que podrían estar causando el dolor.

¿Cómo tratar la tendinitis rotuliana?

La tendinitis rotuliana, comúnmente conocida como "rodilla de saltador", puede ser tratada y prevenido mediante una combinación de medicamentos y terapia física. Inicialmente, los médicos suelen recomendar analgésicos como el ibuprofeno o el naproxeno sódico para aliviar el dolor y la inflamación. Estos medicamentos pueden proporcionar un alivio temporal, permitiendo que el paciente continúe con sus actividades diarias mientras se implementan otras estrategias de tratamiento.

La fisioterapia juega un papel crucial en la recuperación de la tendinitis rotuliana. Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento son fundamentales para mejorar la flexibilidad y la fuerza de los músculos que rodean la rodilla. Incorporar una correa para el tendón rotuliano también puede ser beneficioso, ya que ayuda a redistribuir la carga sobre el tendón, aliviando así el dolor. Además, técnicas como la iontoforesis pueden facilitar la penetración de medicamentos antiinflamatorios en el área afectada.

Si los tratamientos conservadores no son efectivos, existen opciones más avanzadas que pueden ser consideradas. Inyecciones de corticosteroides o plasma rico en plaquetas pueden ofrecer alivio en casos crónicos, mientras que procedimientos como la aguja oscilante o la cirugía pueden ser necesarios en situaciones más severas. Sin embargo, es importante consultar con un médico para determinar el enfoque más adecuado según la gravedad de la tendinitis rotuliana.