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La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica en su portal web que las enfermedades no transmisibles son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. Sin embargo, aseguran que muchas se pueden prevenir mediante la reducción de los factores de riesgo comunes.
Por ese motivo, conoce qué es la oclusión intestinal, cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores tratamientos disponibles.
¿Qué es la oclusión intestinal?
Según explica el portal sobre saludMayo Clinic, la oclusión intestinal es una condición médica que se produce cuando hay una obstrucción en el intestino, impidiendo el paso normal de los alimentos, líquidos y gases. Esta obstrucción puede ser parcial o total y puede ocurrir en cualquier parte del intestino delgado o grueso. Las causas más comunes incluyen adherencias, hernias, tumores y enfermedades inflamatorias.
Los síntomas de la oclusión intestinal suelen incluir dolor abdominal intenso, distensión, vómitos y la incapacidad de evacuar o expulsar gases. El diagnóstico se realiza a través de exámenes físicos, radiografías y tomografías computarizadas. El tratamiento puede variar desde medidas conservadoras, como la descompresión intestinal, hasta intervenciones quirúrgicas en casos más severos.
¿Cuáles son los síntomas de la oclusión intestinal?
Los síntomas de la oclusión intestinal incluyen dolor abdominal tipo cólico que aparece de manera intermitente, pérdida del apetito, estreñimiento, vómitos, incapacidad para evacuar los intestinos o eliminar gases y una inflamación del abdomen.
¿Cómo saber si una persona tiene oclusión intestinal?
El diagnóstico de la oclusión intestinal comienza con un examen físico exhaustivo, donde el médico evalúa los síntomas del paciente, como la hinchazón abdominal y el dolor al tacto. Durante esta evaluación, también se pueden escuchar los sonidos intestinales con un estetoscopio, lo que puede indicar la presencia de una obstrucción. Además, se recopilan antecedentes médicos para entender mejor la situación del paciente.
Para confirmar el diagnóstico, se pueden realizar diversas pruebas de imagen. Una radiografía del abdomen es común, aunque no siempre detecta todas las obstrucciones. La tomografía computarizada (TAC) ofrece imágenes más detalladas y es más efectiva para identificar problemas intestinales. En el caso de los niños, se prefiere la ecografía, que puede mostrar características específicas como el "ojo de buey" en casos de intususcepción. También se puede utilizar un enema baritado o con aire para obtener una imagen más clara del colon y, en algunos casos, tratar la obstrucción.
¿Cuál es el mejor tratamiento para la oclusión intestinal?
La oclusión intestinal es una condición médica que requiere atención inmediata y, en muchos casos, hospitalización. Para tratarla, es fundamental estabilizar al paciente, lo que incluye la administración de líquidos a través de una vía intravenosa y la colocación de una sonda nasogástrica para aliviar la hinchazón abdominal. Estos pasos iniciales son cruciales para preparar al paciente para un tratamiento más específico, que dependerá de la causa y la gravedad de la obstrucción.
En el caso de una obstrucción parcial, donde algunos alimentos y líquidos pueden pasar, el tratamiento puede ser menos invasivo. Los médicos suelen recomendar una dieta baja en fibra para facilitar el tránsito intestinal. Sin embargo, si la obstrucción persiste, puede ser necesaria una intervención quirúrgica. Por otro lado, en situaciones de obstrucción total, la cirugía es generalmente el tratamiento requerido para eliminar la obstrucción y cualquier parte del intestino que esté dañada.
Para aquellos con pseudoobstrucción, el tratamiento puede incluir la supervisión en el hospital y la administración de medicamentos que estimulan las contracciones intestinales. En algunos casos, se puede realizar una descompresión mediante colonoscopia o cirugía si el colon está agrandado. La identificación y tratamiento de la causa subyacente son esenciales para la recuperación del paciente y para prevenir futuras complicaciones.
Para finalizar, es necesario recordar que en caso de presentar alguno de los síntomas mencionados es aconsejable consultar con un profesional de la salud. La detección temprana es clave para un tratamiento eficaz y para prevenir complicaciones.