En esta noticia

Por décadas, el Big Bang es considerado el inicio de la expansión del Universo tal como lo conocemos. La teoría de que el tiempo y el espacio comenzaron con esta explosión está en el centro de la cosmología moderna, dejando en la sombra cualquier especulación sobre un "antes". Sin embargo, un grupo de científicos internacionales ha encendido una nueva luz sobre esta pregunta fundamental: la relatividad numérica. Este método, que utiliza el poder de las supercomputadoras, busca romper esa barrera y explorar lo que hasta ahora era considerado un misterio sin solución.

Las ecuaciones de Einstein, aunque capaces de describir el universo desde sus orígenes, se quiebran al llegar a la singularidad del Big Bang, donde el "antes" se vuelve un concepto sin sentido físico. Sucede que los modelos clásicos se basan en un cosmos homogéneo y simétrico, un supuesto que colapsa en las condiciones extremas del inicio del universo. Para superar este obstáculo, se necesitan nuevas herramientas y una nueva forma de pensar.

La relatividad numérica y una posible explicación para el origen del Universo

Los físicosEugene A. Lim, Katy Clough y Josu Aurrekoetxea proponen la relatividad numérica como la clave para avanzar en este campo. Este método ya ha demostrado su eficacia en la simulación de colisiones de agujeros negros y en la predicción de ondas gravitacionales. Ahora, se está usando para modelar el espacio-tiempo en condiciones caóticas. Gracias a las supercomputadoras, es posible manejar errores numéricos y marcos matemáticos complejos para probar hipótesis que antes eran inaccesibles.

Entre los escenarios que la relatividad numérica podría validar se encuentran los universos rebotantes, que proponen un cosmos en ciclos infinitos de expansión y colapso. También se podrían detectar "magulladuras" en el fondo cósmico que revelarían colisiones con otros universos, o la existencia de cuerdas cósmicas que dejaron rastros en forma de ondas gravitacionales. Por primera vez, estas teorías dejan de ser pura especulación para convertirse en hipótesis que pueden ser comprobadas con rigor científico.

El estudio, publicado en la revista Living Reviews in Relativity, es una invitación a la colaboración entre dos comunidades científicas que rara vez interactúan: los relativistas numéricos y los cosmólogos. Esta sinergia podría marcar el inicio de una nueva era en la que el universo previo al Big Bang ya no sea visto como un límite infranqueable, sino como un nuevo territorio para la exploración científica. Este enfoque interdisciplinario no solo promete resolver uno de los mayores enigmas de la física, sino que también abre la puerta a una comprensión completamente nueva del cosmos.