Científicos han confirmado que el depredador más grande y temido de Norteamérica durante el Cretácico no fue un dinosaurio, sino que se trata delDeinosuchus, un reptil carnívoro que habitó la Tierra hace aproximadamente 75 millones de años y que alcanzaba longitudes superiores a los 10 metros.
Con una mandíbula capaz de ejercer una fuerza devastadora, este formidable depredador aguardaba el momento propicio para atacar. Por lo tanto, su estrategia de caza era notablemente diferente a lo que los expertos habían supuesto sobre los animales de la época. Lo que se creía un entorno dominado por dinosaurios, en realidad, ocultaba a un depredador aún más temible.
Revelación histórica: científicos descubren el mayor animal extinto jamás encontrado
La investigación fue liderada por el paleontólogo Márton Rabi de la Universidad de Tubinga. El Deinosuchus fue un cocodrilo gigante que habitó América del Norte hace aproximadamente 80 millones de años. Este reptil, cuyo nombre significa "cocodrilo terrible", alcanzaba longitudes de hasta 12 metros y pesaba cerca de 9 toneladas, superando en tamaño a muchos de los dinosaurios contemporáneos.
Los fósiles de Deinosuchus fueron encontradosen ambos lados del antiguo mar interior que dividía Norteamérica, conocido como el Western Interior Seaway, principalmente, enMéxico, Texas, Utah, Montana y Nueva Jersey. Este hallazgo plantea interrogantes sobre cómo una criatura supuestamente de agua dulce pudo colonizar territorios separados por cientos de kilómetros de mar salado.
El Deinosuchus no solo destacaba por su tamaño, sino también por su capacidad para tolerar el agua salada, lo que le permitía cruzar mares y expandir su territorio a lo largo del continente. Esta adaptación única lo posicionaba como un superdepredador en diversos ecosistemas.
La "bestia" del océano: un animal que alcanzó los 10 metros de longitud
Además, estudios recientes sugieren que el Deinosuchus poseía una mordida tan poderosa que podía rivalizar con la de los actuales cocodrilos de agua salada, considerados entre los reptiles más fuertes en términos de fuerza de mordida.
El cráneo del Deinosuchus era ancho y robusto, con dientes del tamaño de plátanos, diseñados para aplastar huesos. Estas características anatómicas indican que su dieta incluía no solo peces y tortugas, sino también dinosaurios desprevenidos que se acercaban a beber agua.
Paleontólogos piden mantener precaución con este hallazgo
La aparente presencia costera del Deinosuchus podría explicarse por las condiciones de conservación fósil y no necesariamente por su hábitat real. Algunos científicos, a pesar del hallazgo que ha capturado la atención mundial, piden cautela en las conclusiones. Adam Cossette, del Instituto de Tecnología de Nueva York, ha señalado en estudios previos que los restos de Deinosuchus también se encontraron en ambientes de agua dulce, lo que sugiere que su presencia en zonas costeras no implica necesariamente una preferencia por el agua salada.