Un equipo de científicos de la Universidad del Norte de Arizona (NAU) y la Universidad de California en Berkeley realizaron un asombroso descubrimiento en el río Eel, ubicado al norte de California: una "fábrica de oro natural" para el ecosistema acuático.
Los expertos notaron que existe una dupla sumamente beneficiosa conformada por pequeñas algas y bacterias, que demostraron ser esenciales para mantener el bienestar del río y su presencia de salmones, un pez indicador de la buena salud acuática.
La "fábrica de oro natural" oculta en California que descubrieron los científicos
El trabajo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences y liderado por la profesora Jane Marks de los departamentos de Ciencias Biológicas y Ciencia y Sociedad de la Universidad de Arizona, señala como protagonista a la diatomea Epithemia, un tipo de alga que, según los expertos, tiene el tamaño de un grano de sal y un ancho comparable al de un cabello humano.
Esta alga alberga en su interior un tipo de bacteria conocida como diazoplastos, encargada de transformar el nitrógeno del aire en alimento para el ecosistema.
Cómo funciona la "fábrica de oro natural" que hallaron los científicos en California
El proceso mediante el cual se fabrican los nutrientes inicia con la fotosíntesis realizada por el alga. Una vez que la luz del sol y el dióxido de carbono se utilizan para producir azúcares, estos son a su vez se aprovechan por las bacterias del interior del alga para convertir nitrógeno en nutrientes del que tanto plantas como animales de este ecosistema pueden beneficiarse. A su vez, los nutrientes ayudan a que la diatomea pueda producir más energía.
Este mecanismo fue observado de cerca por el equipo, que utilizó imágenes avanzadas: "Es como un trato de apretón de manos: ambas partes se benefician y todo el río prospera", concluyó Mike Zsmpini, investigador postdoctoral en NAU.
Por qué este descubrimiento es millonario para la ciencia
El hallazgo dejó en evidencia un proceso biológico único, pues esta "fábrica de nutrientes natural" permite el crecimiento de mayor número de algas y plantas acuáticas y multiplica los insectos del ecosistema -que se alimentan de plantas y algas-, esenciales para los salmones de la región que los necesitan para sobrevivir.
De acuerdo con los expertos, durante ciertas épocas del año esta "fabrica natural" puede producir hasta el 90% de nuevo nitrógeno que ingresa al río, operando como una suerte de fertilizante completamente ecológico que fomenta su productividad y equilibrio.
Además, los especialistas detallaron que parejas simbióticas similares viven en ambientes acuáticos de todo el mundo, pudiendo ser uno de los responsables secretos del equilibrio de estos entornos.