Un grupo de investigadores confirmó que las ondas electromagnéticas emitidas por las redes Wifi pueden provocar daños irreparables en la salud humana y en otros seres vivos. El hallazgo genera preocupación debido a que este tipo de radiación está presente de forma constante en hogares, oficinas, escuelas y espacios públicos.
Los especialistas advierten que la exposición prolongada a estas frecuencias no ionizantes podría provocar alteraciones en el organismo a nivel celular y neurológico, lo que abre un debate sobre la necesidad de revisar los límites actuales de seguridad y reducir el tiempo de exposición.
Un estudio revela los efectos que las ondas del Wifi tienen en la salud
Experimentos realizados en laboratorio han demostrado que la radiación Wifi puede producir estrés oxidativo en las células, afectar el ADN y provocar cambios en el funcionamiento del sistema nervioso. En estudios con animales se observaron lesiones neuronales y un debilitamiento de la barrera hematoencefálica, lo que permitiría la entrada de sustancias nocivas al cerebro.
Se ha comprobado que las ondas de 2,45 gigahercios, típicas de los routers domésticos, pueden alterar procesos biológicos esenciales, incluso en exposiciones de baja intensidad pero prolongadas. Estas alteraciones podrían acelerar procesos degenerativos y aumentar la vulnerabilidad a enfermedades.
El impacto no se limita a los seres humanos, ya que también se han documentado efectos en plantas e insectos, lo que plantea un posible desequilibrio en ecosistemas expuestos de manera constante a este tipo de radiación.
El debate entre organismos oficiales y la comunidad científica
A pesar de estos resultados, las agencias de salud pública y organismos internacionales mantienen que, bajo los niveles actuales de emisión, el Wifi no representa un riesgo comprobado para la salud. Sin embargo, parte de la comunidad científica sostiene que los límites establecidos no son lo suficientemente protectores y que deberían actualizarse.
Esta diferencia de criterios se debe a que muchos de los efectos observados provienen de estudios experimentales, mientras que la evidencia en grandes poblaciones humanas todavía es limitada y no concluyente.
La precauciones que recomiendan los expertos
Ante la falta de consenso absoluto, los investigadores sugieren adoptar medidas de prevención como reducir el tiempo de exposición, mantener una distancia prudente de los dispositivos emisores y utilizar conexiones por cable siempre que sea posible.
También se recomienda educar a la población sobre el uso responsable de la tecnología inalámbrica, especialmente en el caso de niños y personas con mayor sensibilidad a las radiaciones electromagnéticas, para disminuir riesgos potenciales a largo plazo.