

Recientemente, la atención de la cultura popular está girando nuevamente por los medicamentos psicodélicos. los medicamentos psicodélicos están más cerca de un uso medicinal y se observa un renovado interés mediático y médico en sustancias como el ácido (LSD), los hongos (psilocibina), el éxtasis (MDMA), la ayahuasca, la DMT (dimetiltriptamina) y la ketamina.
Durante gran parte de los años 50 y principios de los 60, muchos en el establecimiento psiquiátrico consideraban al LSD y la psilocibina como drogas maravillosas para tratar la depresión, la ansiedad, el trauma y la adicción, entre otros problemas, según Michael Pollan.
Las nuevas drogas psicoactivas que pueden tener un uso medicinal
Sin embargo, a medida que estas drogas empezaron a asociarse con la contracultura de los años 60 y surgieron historias sobre viajes malos y rupturas psicóticas, se dio paso a un pánico moral. Actualmente, el interés por su utilidad como herramienta para ayudar a tratar diversas condiciones psiquiátricas está creciendo rápidamente.
Las drogas psicodélicas constituyen una categoría variada de sustancias que pueden provocar cambios en el pensamiento y en la percepción sensorial.
A dosis elevadas, algunas de ellas, como el LSD, pueden generar alucinaciones visuales. Muchos conocen los "hongos mágicos", que contienen psilocibina, un compuesto que también altera la percepción y puede inducir alucinaciones en dosis altas. Otras sustancias, como el éxtasis, afectan principalmente el estado de ánimo y la sensación de conexión con los demás. Asimismo, la ketamina, que tradicionalmente se ha utilizado como anestésico, también actúa como alucinógeno y puede provocar estados oníricos. Por otro lado, el ayahuasca, presente en las selvas de América del Sur, ha sido empleado por culturas tradicionales durante siglos. Aunque estas drogas y medicinas se agrupan bajo un mismo término, existen diferencias significativas entre ellas.

Psicodélicos: un reinicio cerebral que transforma emociones y pensamientos estancados
El Dr. Jerrold Rosenbaum, director del reciente Centro para la Neurociencia de los Psicodélicos en el Hospital General de Massachusetts y anterior psiquiatra jefe en MGH, explica que los psicodélicos provocan cambios temporales en el cerebro, lo que parece facilitar un reinicio y permite modificaciones en formas de sentir y pensar que estaban estancadas. Este proceso puede ocurrir de varias maneras: se establecen nuevas conexiones en las redes neuronales mientras que el estado de reposo del cerebro, conocido como la red de modo por defecto, pierde conectividad y luego se restablece. "Es como reiniciar tu computadora", señala.
Así es como se cree que los patrones de pensamiento estancados pueden cambiar. Además, se forman nuevas conexiones entre neuronas, un fenómeno denominado neuroplasticidad. Por último, los fármacos psicodélicos pueden inducir a los pacientes a un estado transitorio que les permite procesar mejor recuerdos, emociones y traumas pasados, lo que les permite "reemergir con una nueva perspectiva que resulta liberadora y sanadora", un enfoque conocido como terapia asistida por psicodélicos.
Investigación revela eficacia de medicamentos psicodélicos en trastornos mentales y cuidados paliativos.
La investigación sobre medicamentos y drogas aún no aprobados ha revelado resultados prometedores. Un estudio de 2021 publicado en JAMA Psychiatry demostró que la terapia asistida con psilocibina produce efectos antidepresivos significativos y duraderos en pacientes con trastorno depresivo mayor. Asimismo, otro estudio en el New England Journal of Medicine encontró que aquellos que recibieron dos dosis de psilocibina mostraron resultados comparables, e incluso superiores, a los de pacientes tratados con escitalopram tras seis semanas. Además, una investigación de Nature, que siguió un riguroso diseño de estudio aleatorizado y doble ciego, concluyó que la terapia asistida con MDMA es altamente efectiva y segura para individuos con PTSD severo.
La ketamina también ha sido objeto de numerosos estudios como tratamiento para la depresión resistente a otros métodos y ha sido aprobada para ciertos pacientes que no responden a tratamientos convencionales.
El uso de medicamentos psicodélicos en cuidados paliativos ha despertado un gran interés, ya que pueden ayudar a las personas a enfrentar su miedo a la muerte y a transformar el proceso de morir en una experiencia más significativa y espiritual.
Algunos fármacos, como MDMA, son considerados potenciales sustancias de abuso debido a la euforia que pueden provocar. Los efectos adversos de ciertos psicodélicos pueden incluir mareos, somnolencia, dissociación extrema de la realidad, ataques de pánico y náuseas. Su ilegalidad los convierte en opciones más peligrosas, ya que quienes consumen drogas de la calle pueden enfrentar complicaciones médicas por la contaminación de estas sustancias.
A pesar de su promesa creciente en el ámbito de la psiquiatría, los psicodélicos aún no son considerados parte de la medicina convencional y su uso se limita mayormente a entornos experimentales o controlados. Estas sustancias pueden causar impedimentos severos y no deben ser utilizadas sin la presencia de un guía sobrio, quien pueda ofrecer apoyo y, si es necesario, solicitar ayuda en caso de que alguien experimente un mal viaje o una reacción adversa.











