Habiendo finalizado el año 2010, resulta interesante evaluar cuál habría sido el cierre fiscal del conjunto de provincias, principalmente porque es el punto de partida de un año electoral.

En el informe Nº 79 de IARAF, titulado Escenarios Fiscales Provinciales de cierre 2010. Perspectivas para 2011, publicado en el mes de noviembre del año pasado, se analizaba el probable cierre fiscal del año 2010, identificando tres escenarios posibles. Es sabido que la información fiscal de provincias tiene un retraso importante, lo que implica trabajar con datos definitivos en algunos casos y con proyecciones en otros.

En efecto, en función del comportamiento definitivo de los recursos enviados por la Nación a las provincias en concepto de Coparticipación y Fondo Federal Solidario y del buen desempeño que habrían tenido las recaudaciones propias de las provincias, resulta altamente probable que los ingresos (sobre la línea) del consolidado de las administraciones hayan crecido en 2010 en torno al 30%, en lugar del 29% considerado originalmente en el informe citado.

Se habían analizado también tres escenarios posibles de incremento del Gasto Público. Uno neutral donde la tasa era del 29%, uno optimista donde crecía al 25% y uno pesimista donde el incremento llegaba al 35%. Por una cuestión lógica, no se asignaban probabilidades de ocurrencia a cada escenario.

Del análisis de las ejecuciones presupuestarias de distintas provincias que hacen públicos sus datos, es factible que el nivel de gasto del consolidado de jurisdicciones haya finalizado 2010 con un incremento en el entorno del 25% respecto a 2009. Esto implicaría que, de efectivizarse estos valores, el año 2010 habría finalizado con números más bien cercanos a los del escenario optimista, siendo el déficit fiscal del orden de los $5.800 millones. Se usa el término optimista en el sentido que significaría una reducción del déficit del 48% respecto al del año 2009.Perspectivas para el 2011Es un dato positivo que el déficit fiscal provincial habría descendido en 2010. Pero, independientemente de ello, el 2011 inicia con un resultado negativo base de $5.800 millones. Finalizar el año con esta cifra, ante un supuesto crecimiento anual de los ingresos del 30%, implicaría un nivel de gasto creciendo al 29%. Que se produzca un aumento de las erogaciones por debajo de los recursos sería una situación poco probable de cara a un año electoral como el actual. Esto hace presuponer que el nivel de déficit a financiar sobre la línea, finalizado el 2011, se incrementaría.

A esta necesidad de financiamiento hay que sumarle las amortizaciones de capital que tengan que enfrentar las jurisdicciones, egreso disminuido a partir del programa de desendeudamiento implementado durante 2010, pero no eliminado. Es decir que las provincias estarán ávidas de financiamiento, lo que hace prever que seguirían las colocaciones de deuda que algunas ya hicieron en el exterior el año pasado.

En síntesis, las provincias siguen teniendo el desafío de achicar el déficit fiscal sobre la línea. Esta situación se habría dado en 2010, pero resulta poco probable que se repita durante este año electoral.

Este contexto hace que la discusión por un nuevo reparto de recursos entre Nación y Provincias seguramente seguirá vigente. Estas últimas quieren recuperar ingresos sobre la línea, bajo la convicción que eso les achicaría el déficit fiscal y les permitiría encarar un saneamiento estructural de sus finanzas.