Massalin Particulares tomó la decisión de paralizar durante una semana la producción de sus plantas de Merlo (Buenos Aires) y Goya (Corrientes). Según informó, se debe a la necesidad de ajustar stocks, tras la fuerte caída en las ventas de sus productos, provocada principalmente por la "suba de impuestos decretada en mayo pasado".

La compañía advirtió que después de que, a partir del 1º de mayo, la carga fiscal sobre la actividad se elevara al 80% del precio de venta al público, eso impactó negativamente en la dinámica del mercado legal de cigarrillos. "Como consecuencia durante el primer trimestre de vigencia de la nueva carga impositiva, el volumen de ventas legales se redujo un 25% contra igual periodo del año pasado", afirmó en un comunicado.

En dicho mes, a través de un decreto publicado en el Boletín Oficial, el Poder Ejecutivo incrementó la alícuota del impuesto interno con el objetivo de generar una recaudación adicional de $ 1100 millones, que reasignaría a las siete provincias productoras a través del Fondo Especial del Tabaco (FET). Pero el primer impacto fue para los bolsillos de los consumidores. A partir de allí, Massalin subió hasta un 60% los precios de sus cigarrillos (entre ellos Marlboro; Benson & Hedges; Parliament y Virginia Slims), aunque unas semanas después decidió reducir en $ 2 el valor de los atados. "Es imposible mantener el negocio después de una caída del 25% de las ventas en tres meses. Los aumentos no compensan esa caída", afirmaron desde la empresa.

Según datos de la Secretaria de Agricultura, entre enero y julio de este año se vendieron un aproximado de 1000 millones de paquetes de cigarrillos, mientras que en el mismo período de 2015 ese número ascendía a más de 1100 millones. A partir de mayo, el precio promedio ponderado de los atados saltó de $ 25 a cerca de $ 40, lo que repercutió en la caída de ventas. Desde Massalin destacaron que esa medida tomada por el Gobierno fue "sorpresiva" para la industria, lo que le dejó "poco margen para planificar".

En julio, la compañía ya había avanzado con el cierre de una de sus plantas de acopio, ubicada en La Cocha, Tucumán, donde empleaba a 20 trabajadores. Adicionalmente, despidió a 60 empleados de Goya y Merlo. En el caso más reciente, la medida se hará efectiva a partir del 3 octubre, aunque se aclara que la decisión no afecta las fuentes de trabajo ni los salarios de los em pleados. La compañía emplea en el país más de 2500 personas.