La vida de cuatro aprendices de el Bulli podría convertirse en una superproducción de Hollywood, anunció hoy el cocinero español Ferran Adrià en la presentación del libro ‘Los aprendices de hechicero‘, de Lisa Abend, en algunas de cuyas historias se basaría el filme.
Adrià explicó que tiene pendiente la firma del contrato, que setrata de "una inversión de 40 millones de dólares" y reveló que la película se inspiraría en las historias que cuenta en el libro Lisa Abend, corresponsal de la revista Time en España.
Si se hace la película, se filmaría en el Bulli, en el que se servirían comidas y se mezclarían los actores con cocineros reales,comentó Adrià, quien no saldría en el filme sino que su papel lo haría un actor.
La película transmitirá, dijo el chef barcelonés, el espíritu de elBulli, que consiste en "compartir, asumir riesgos y la pasión". Detrás del proyecto se encuentra el productor Jeff Kleeman y el guionista David Wilson.
Como corresponsal de la revista Time en España, Lisa Abenddecidió en 2009 hacer un reportaje sobre el mejor restaurante del mundo y allí conoció a Adrià y su entorno, por el que cada año pasan "32-35 jóvenes cocineros procedentes de cualquier punto de la tierra que permanecen allí una buena parte de la temporada como aprendices", indicó.
Abend pudo ver a aprendices de quince países tan diferentes como Japón, Corea del Sur, Venezuela, EE.UU., India o Chile, y no es casual que no hubiera ninguno de Francia, anota.
Casi todos esos ’becarios’ llegan con experiencia, tras trabajaren un pequeño restaurante o un hotel, tienen mayoritariamente menos de 30 años y hay más hombres que mujeres.
En ‘Los aprendices de hechicero‘ (Planeta), Abend narra historias de esos jóvenes. Sin duda la más impresionante fue la del surcoreano Myungsun ’Luke’ Jang, que llegó a mitad de temporada y permaneció acampado tres días a la puerta hasta que recibió su oportunidad.
A primera vista, el premio de ser aprendiz no es muy bueno, como recuerda Abend, pues "tendrán que trabajar de 12 a 14 horas durante seis meses, no cobran y sólo reciben a cambio una cama en un piso que no es de lujo y una comida al día".
Según Abend, "piensan que han llegado al país de las maravillas,les impresionan los productos, la organización; pero con los días comienzan a decepcionarse". Adrià les propone duras pruebas como "limpiar las piedras del aparcamiento, extraer piñones de las piñas en cantidades suficientes como para servir en la cena rissottos en los que los granos de arroz son sustituidos por los piñones o sacar el germen del interior delos granos de maíz".
El cocinero defiende esta filosofía: "Limpiar las piedras o sacar piñones es la forma más fácil de eliminar el glamour de la cocina y de descolocarlos", pero agrega que "con el Bulli Foundation será diferente, pues todos tendrán una beca, no vendrán a aprender sino a crear, y por eso buscaremos el máximo talento".
Según Abend, "todos esos platos tan innovadores y emocionantes son el resultado de un trabajo muy mecánico, duro e incluso aburrido". Cuando el Bulli cierre definitivamente sus puertas el próximo 30 de julio dejará un legado que, en opinión de Abend, son "los más de mil jóvenes que han pasado por él y que hoy están en todo el mundo".
Adrià reconoce que ver cómo premian a esos jóvenes es "la mejor recompensa", como la distinción que recibió en EE.UU. José Andrés, "el cocinero más bulliniano del mundo".
René Redzepi, Andoni Luis Aduriz, Joan Roca, Massimo Bottura,José Andrés, Jason Atherton, Quique Dacosta, Nuno Mendes, Josean Martínez Alija, Denis Martin, Paco Roncero, Jean George Klein, Sergi Arola, Carles Abellán, Albert Raurich o Paco Morales son ‘"a generación más influyente en el mundo actual de la cocina".