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La Generación Z llegó al mercado con hábitos y expectativas distintas a los de generaciones anteriores. No se conforman con la estética ni con mensajes publicitarios superficiales. Tampoco les llama la atención aquellas cosas que no tienen un significado profundo y pensado; quieren marcas que sean auténticas, coherentes y que les ofrezcan algo más que simplemente un producto. Cada decisión de consumo debe tener un sentido, reflejar un propósito y generar una experiencia completa que vaya mucho más allá de la compra.

"El hecho de que sean jóvenes significa que tienen otras costumbres y expectativas distintas a las de otras generaciones, y no por eso es algo malo, sino que hoy esta generación tiene una expectativa para con las marcas que es mucho más desafiante", explicó "Gaita" González, director de GrupoSet Latam en Grandes Marcas, un evento que organizaron El Cronista y revista Apertura la semana pasada.

Según dijo el especialista, antes bastaba con una vidriera atractiva o un mensaje persuasivo, pero hoy los consumidores tienen información abundante y exigen autenticidad real.

González agregó que la coherencia es clave: "Antes, quizás una marca se disfrazaba detrás de la responsabilidad social; hoy, a las nuevas generaciones eso no se lo pueden vender. Esta generación impone desafíos distintos porque hay que ser real. No buscan perfección, pero sí esperan el perdón a tiempo cuando ocurre un error. Eso es lo que hace que una marca sea genuina ante ellos".

El director también señaló que el producto es solo una excusa: "Hoy saben que detrás de cada producto debe haber una justificación que los motive a elegirlo, acercarse al local o decidir por esa marca y no otra. Lo que quieren es vivir la experiencia completa y que todo tenga un significado".

Nativos digitales

Natalia Alfonso, Cultural & Insights Manager de Be Influencers, remarcó que la Gen Z es la primera generación nativa digital, con consumo de redes guiado por algoritmos. Esto genera un consumo fragmentado y centrado en la búsqueda de identidad: "Están en constante búsqueda de experiencias y de conexión con propósitos claros. Por ejemplo, las cafeterías pueden transformarse en sedes de fiestas, y festivales como Coachella mezclan música, moda y bienestar, ofreciendo un ecosistema mixto que ellos disfrutan plenamente".

Alfonso subrayó que, aunque nacieron con pantallas, no buscan estar siempre frente a ellas. "Quieren experiencias que tengan sentido, que sean memorables y que les permitan conectar con valores reales. Cada marca debe entender esto para ser relevante y ganarse su fidelidad", concluyó.