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Para muchos, contar con la ciudadanía de Estados Unidos y de México representa una gran oportunidad: dos pasaportes, dos culturas y doble acceso a derechos. Sin embargo, tener doble nacionalidad implica obligaciones específicas para no perder el documento.

Cada año, miles de hijos de mexicanos nacen en territorio estadounidense y adquieren de forma automática ambas ciudadanías. Esto ocurre porque la Enmienda 14 de la Constitución de Estados Unidos establece que los nacidos en su territorio obtiene el documento, sin importar la nacionalidad o la situación migratoria de sus padres.

Ser ciudadano por nacimiento en USA y, al mismo tiempo, mexicano ante la ley, implica compromisos legales y administrativos que deben asumirse de manera responsable.

¿Cómo funciona la doble nacionalidad mexicana y americana?

La doble nacionalidad entre México y Estados Unidos es posible porque ambos países reconocen legalmente esta condición y sus normas de ciudadanía se sustentan en principios distintos que se complementan.

Estados Unidos

Se aplica el jus soli (derecho de suelo), por lo que toda persona que nace en su territorio adquiere la ciudadanía estadounidense de forma automática.

México

Se rige por el jus sanguinis (derecho de sangre), lo que permite que los hijos de mexicanos nacidos en otro país obtengan la nacionalidad mexicana por nacimiento, siempre que realicen el registro correspondiente ante una autoridad consular o civil.

De este modo, un niño nacido en Estados Unidos de padres mexicanos puede ser reconocido como ciudadano de ambos países y mantener ambas nacionalidades sin necesidad de renunciar a una para ejercer la otra.

Esta condición le permite tener pasaportes de ambos países y gozar de derechos y obligaciones en cada uno.

¿Qué hace falta para tener doble nacionalidad?

Contar con doble nacionalidad no solo otorga beneficios, sino que también implica asumir diversas responsabilidades que pueden resultar complejas y delicadas.

Respeto a las leyes de ambos países

Quienes tienen doble nacionalidad están obligados a seguir las leyes de cada país del que son ciudadanos. Esto abarca normas civiles, penales, laborales y fiscales. Si una persona incurre en un delito en alguno de los países, podrá ser procesada y sancionada, sin importar su otra nacionalidad.

Además, en algunos casos, las legislaciones pueden diferir o entrar en conflicto, por lo que resulta fundamental conocer bien las regulaciones y actuar con cautela para evitar problemas legales.

Compromisos tributarios

Puede generar obligaciones fiscales en ambos territorios. Hay países que exigen a sus ciudadanos declarar y pagar impuestos por sus ingresos, aunque vivan en el extranjero.

Estados Unidos, por ejemplo, aplica impuestos a la renta, sin importar el lugar de residencia de los ciudadanos.

Asistencia consular y representación

Quienes poseen dos nacionalidades tienen derecho a solicitar apoyo consular de ambos países. Sin embargo, es necesario tener presente que, al encontrarse en uno de los países de los que son ciudadanos, la otra nación puede enfrentar restricciones para intervenir.

Esta situación puede ser relevante ante arrestos, conflictos judiciales o emergencias, por lo que conviene conocer bien los derechos y obligaciones vigentes al viajar o establecerse en cualquiera de los países.