Una enfermedad poco conocida, progresiva y silenciosa comenzó a encender las alertas dentro del sistema de salud pública en el país, especialmente entre adultos mayores, jubilados y pensionados que suelen confundir sus síntomas con cansancio normal por la edad, así lo reportó el Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS.
Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social advirtieron que esta condición avanza sin señales claras en etapas tempranas y puede generar daños graves al corazón, hígado y riñones si no se detecta a tiempo.
El IMSS alertó por la hipertensión arterial pulmonar, una enfermedad crónica que “requiere un diagnóstico y tratamiento oportuno”, ya que sus primeros síntomas suelen pasar desapercibidos y retrasan la atención médica especializada.
Los síntomas iniciales que no deben ignorarse
De acuerdo con el IMSS, uno de los principales signos de alerta es la “falta de aire al realizar un esfuerzo o actividad física”, síntoma que suele normalizarse entre personas mayores hasta que la enfermedad ya está avanzada.
A esto se suman molestias como “dolor opresivo en el pecho, palpitaciones y retención de líquidos en extremidades”, por lo que los especialistas insistieron en acudir de inmediato a consulta médica ante cualquiera de estas señales.
- Falta de aire al caminar o realizar esfuerzo físico
- Dolor opresivo en el pecho
- Palpitaciones constantes
- Hinchazón en piernas y extremidades
- Cansancio extremo sin causa aparente
Una enfermedad crónica que daña el corazón
La doctora Irma Flores Colín explicó que se trata de “una enfermedad crónica de los vasos que comunican el corazón con el pulmón”, lo que provoca daño progresivo, principalmente en el lado derecho del corazón.
Cuando el padecimiento avanza, puede generar “alteraciones como ictericia, disminución de la orina y coloración azulada o morada en manos y piernas”, además de complicaciones respiratorias severas.
Diagnóstico, tratamiento y riesgo en adultos mayores
La especialista subrayó que el IMSS cuenta con estudios especializados para confirmar el diagnóstico, incluido “el cateterismo cardiaco derecho”, además de radiografías, tomografías y pruebas de esfuerzo cardiopulmonar.
“Sabemos que es una enfermedad irreversible, no curable y que lentamente va progresando”, reconoció Flores Colín, al enfatizar que el objetivo es ofrecer el mejor tratamiento posible y acompañamiento médico continuo al paciente.