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El Senado y la Cámara de Diputados aprobaron una reforma que muchos mexicanos temían: la Guardia Nacional queda bajo el mando de la Sedena y así, el ejército se convierte en una fuerza de seguridad pública permanente.

De esta manera se elimina la ley vigente desde el 2019 y se crea una nueva con 96 artículos.

Esta fuerza será liderada por un general militar, y su estructura jerárquica será igual a la del ejército.

¿Qué puede hacer ahora la Guardia Nacional?

Debido a la ley, ahora se le permitirá al órgano recabar datos en espacios públicos para "prevención del delito", hacer vigilancia encubierta y usar usuarios simulados, colaborar con estados y municipios y realizar tareas de inteligencia junto con otras agencias.

Además, se le asigna la tarea de generar y procesar información en materia de seguridad nacional.

Las personas que forman parte de esta nueva Guardia Nacional incluyen personal militar con formación policial, personal civil de confianza en tareas administrativas y técnicas y militares del Ejército o Fuerza Aérea.

¿Hay riesgos para la ciudadanía?

Aunque el gobierno asegura que se respetarán los derechos humanos, organismos civiles y legisladores han advertido sobre riesgos clave:

-Mayor militarización de la seguridad pública.

-Pérdida del control civil sobre el uso de la fuerza.

-Potencial de vigilancia masiva preventiva.

-Menos transparencia en las acciones de la Guardia Nacional.

A partir de ahora y gracias a la reforma, las decisiones sobre operativos, vigilancia y control de protestas pasarán por el Ejército; la Guardia Nacionalpodrá vigilar sin necesidad de que haya un delito previo, y la seguridad pública ya no está bajo autoridades civiles, sino bajo una disciplina militar.