En la madrugada del lunes, Rusia lanzó un ataque masivo con 479 drones explosivos contra Ucrania, el mayor registrado desde que comenzó la guerra. La Fuerza Aérea ucraniana informó que este ataque superó el récord anterior, con un uso intensivo de tecnología para saturar las defensas.
Defensa ucraniana: una barrera casi impenetrable
Ucrania logró derribar 460 drones y casi todos los misiles lanzados.
Se interceptaron 19 de 20 misiles, incluyendo 4 hipersónicos Kinzhal y misiles de crucero Kh-101.
Solo se registraron impactos en 10 localidades, con daños limitados gracias a las defensas aéreas.
Estrategia rusa: saturar para confundir
Rusia combinó drones Shahed con réplicas de drones para sobrecargar los sistemas antiaéreos ucranianos, dificultando la identificación de objetivos reales. También lanzó misiles desde el Mar Negro y utilizó misiles hipersónicos con gran alcance, como los que impactaron la región de Rivne, lejos del frente de combate.
Contexto y consecuencias
El ataque ocurrió en plena negociación para el intercambio de prisioneros y cuerpos entre Moscú y Kiev.
Según el jefe de inteligencia ucraniano, Kirilo Budanov, el intercambio se concretará esta semana.
A pesar del gran número de drones, las defensas ucranianas demostraron su eficacia y capacidad tecnológica.
¿Qué sigue en la guerra tecnológica?
Ucrania continúa desarrollando drones avanzados y sistemas antiaéreos para enfrentar la amenaza rusa, que busca desgastar sus recursos con ataques masivos y sofisticados.
Este ataque muestra la escalada tecnológica del conflicto y la resiliencia de Ucrania frente a una ofensiva sin precedentes.