Cuando pensamos en freír algo, solemos recurrir al clásico aceite o mantequilla. Sin embargo, existe un ingrediente inesperado que puede optimizar el resultado sin complicaciones.
En diversas publicaciones gastronómicas recientes se ha destacado cómo incorporar vinagre mejora la cocción de los alimentos y facilita la limpieza posterior.
Este truco no remplaza por completo las grasas tradicionales, pero potencia ciertos efectos beneficiosos en la fritura. A continuación, te contamos todos los detalles al respecto: cómo funciona, cuáles son los mejores vinagres para usar y qué precauciones tener en cuenta.
Por qué el vinagre ayuda en la fritura
El ácido acético presente en el vinagre influye sobre la ovoalbúmina, la proteína principal de la clara, haciendo que coagule más rápido al calor.
Ese efecto también colabora con la limpieza posterior del utensilio, ya que el ácido ayuda a eliminar residuos quemados adheridos.
Cómo aplicar el vinagre en la fritura sin alterar el sabor
- Se recomienda usar vinagre suave, como el de vino blanco o de sidra, y aplicarlo en cantidades mínimas: apenas unas gotas o media cucharadita.
- Si se usa en exceso, el vinagre puede dejar un sabor ácido perceptible, por lo que conviene mantenerlo en proporciones pequeñas.
- Con una dosis moderada, su efecto mejora la textura y apariencia del alimento sin alterar su sabor.
Recomendaciones a tener en cuenta:
- Este método no reemplaza por completo al aceite o la mantequilla, ya que ambos aportan lubricación y sabor que el vinagre no ofrece.
- Si la sartén no está bien caliente, el vinagre puede generar salpicaduras debido a su composición acuosa, por lo que es importante precalentarla.
- En sartenes de baja calidad o sin buen antiadherente, el vinagre por sí solo no evitará que el huevo se pegue.
- Como cada cocina es distinta, lo recomendable es probar en pequeñas cantidades para ajustar la proporción que mejor funcione.